Oviedo, E. G. PALACIO y José PALACIO

El Oviedo puede recaudar más de tres millones de euros en los Juzgados, una cantidad superior al presupuesto de todo un año. A la reciente sentencia que ganó el club azul a La Caixa, entidad financiera que tiene que reintegrarle un total de 479.854 euros, la sucederán en próximas fechas otras dos, ambas por litigios con el Principado de Asturias. Si el fallo se produce en idéntico sentido, favorable al Oviedo, tal como prevén sus rectores basándose en los mismos argumentos jurídicos con los que acaban de ganar el pleito a La Caixa, la sociedad anónima deportiva tendría una base sólida para dar un vuelco a su situación financiera. En definitiva, menos urgencias y más margen de maniobra económica.

Ya en una ocasión los tribunales salvaron al Oviedo sustanciando un convenio de acreedores muy beneficioso para sus intereses. Ahora, problemas particulares de su máximo accionista aparte -la demanda de unos empresarios gijoneses contra Alberto González por una finca, la denuncia de Hacienda por el impago de impuestos-, otra vez los jueces tienen en sus manos un salvavidas azul.

Todo arranca el día 21 de julio de 2006, la fecha en la que el Principado, con arreglo a su convenio de patrocinio, realizó su último pago al Oviedo: 900.000 euros. No toda esa cantidad llegó a las arcas del equipo del Carlos Tartiere. Una parte se la quedó el propio Gobierno regional para sufragar los gastos de tramitación de un crédito anterior que había avalado a la sociedad deportiva -y del que tuvo que responder por impago del Oviedo- y otra parte -la que ahora precisamente se reintegra- fue a parar a La Caixa para cancelar una cuenta de crédito.

Hay que tener presente que en sus tiempos económicamente más oscuros el conjunto de la capital tenía contraídas fuertes deudas con cuatro entidades bancarias: Cajastur, Banesto, el Banco Herrero y La Caixa. En el caso de las tres primeras, el anterior máximo accionista, el abogado Celso González, era el avalista. Respondía, por tanto, con sus bienes personales de los impagos. Todos esos créditos fueron sucesivamente liquidados sin perjuicio alguno para González.

Del último préstamo, el de La Caixa, por 2,4 millones de euros, con el que el Oviedo pagó a sus jugadores y evitó la desaparición, quien respondía era el Principado. La entidad financiera catalana abrió, además, en favor del club azul lo que se llama una cuenta de crédito de cuantía mucho más modesta, 300.000 euros, de la que iba tirando el Oviedo para tener liquidez en el día a día.

El Oviedo no devolvió el dinero del crédito grande y La Caixa quiso cobrar. El Principado, como avalista, tuvo que responsabilizarse. Canceló la deuda bancaria y se convirtió en acreedor de la sociedad deportiva por 2,4 millones de euros, adhiriéndose al proceso concursal. Ese 21 de julio de 2006, el Gobierno socialista asturiano cierra definitivamente el grifo al club azul y aprovecha el último pago del convenio de patrocinio para evitar que sus compromisos económicos engorden.

De la subvención que tenía que entregarle al Oviedo descuenta los gastos ocasionados por los trámites del crédito de 2,4 millones que saldó con La Caixa y, a la vez, liquida el último dinero que la entidad financiera catalana tenía en el aire: la cuenta de crédito pequeña de 300.000 euros.

El meollo de la cuestión es que el Oviedo entiende que no fue lícito retener esa parte de la subvención porque las cantidades pagadas ya estaban reclamadas a la vez como deuda en el proceso concursal. De tal manera que el club las pagaría dos veces: una, con arreglo a las condiciones establecidas por el convenio de acreedores, y otra, con el descuento que le aplicó el Principado en la subvención de 900.000 euros.

La sentencia en contra de La Caixa de finales del mes pasado viene a dar la razón al Oviedo. El Juzgado número 1 de la capital condenó a la caja catalana a devolver al club azul 479.854 euros -con intereses incluidos-, que la entidad bancaria habría percibido de forma indebida, pues ya figuraba en el convenio de acreedores del club suscrito con fecha 3 de julio de 2003 bajo la presidencia de Manuel Lafuente y tras la suspensión de pagos.

Queda por sustanciar otra reclamación contra el Principado, fundamentada en principios similares, por la otra parte descontada de la subvención: los 163.418 euros que costó tramitar los avales. Con todo, la parte más jugosa son los 2,4 millones que el Oviedo reclama al Gobierno asturiano por impago de los convenios de patrocinio desde el 2006 al 2010. El club considera que el contrato está vigente hasta el 31 de diciembre de este año, mientras que el Principado los da por finalizados en 2005.

El proceso comenzó en octubre de 2008, con la demanda que interpuso el club azul contra el Principado, y se dilata por parte de la Administración con artimañas. Un trámite burocrático, notificar la demanda a la dirección adecuada de los servicios jurídicos regionales, costó un año. El Gobierno regional sigue sin contestar a la demanda azul pese a tener un plazo de sólo 20 días para hacerlo, con lo que casi 24 meses después el proceso sigue estancado y no hay fecha establecida para el juicio.

El caso es que cuando todos los líos se despejen y si las cosas salen como espera el consejo de administración, presidido por Dámaso Bances, y hace presagiar el primer fallo, el Oviedo podría encontrarse de bruces con más de tres millones de euros en el cajón: los 479.854 que acaba de ganar a La Caixa, los más de 163.000 de los gastos del aval y los 2,4 millones que reclama al Principado del convenio de patrocinio. Si fuera así, bien les vale la pena a los azules suscribir aquello que el refrán asevera: «Tengas pleitos y los ganes».