A pesar de que son dos históricos del fútbol español, las visitas del Jaén a Gijón han menudeado. La última fue el 14-4-2002 y terminó con una ajustada victoria local por tres goles a dos. Para encontrar la más sonada, sin duda, hay que remontarse al 5 de junio de 1977. Ése día el Jaén jugó con dos porteros. El entrenador Ruiz Sosa decidió alinear al guardameta suplente Marco como centrocampista (jugó 57 minutos, hasta que fue sustituido por Totó). La apuesta le salió bien ya que el Jaén, que había hecho pasillo a un Sporting ya ascendido, se llevó los dos puntos que valía entonces la victoria en el último partido de Liga.

En aquel Sporting de Vicente Miera, que incomprensiblemente había descendido la temporada anterior como colista a pesar de que Quini fue el máximo goleador de Primera, ya se había plantado la semilla del mejor equipo que ha tenido nunca este club. Novoa era el segundo entrenador y entre los futbolistas se encontraban Quini, Ferrero, Joaquín, Castro, Tati Valdés, Ciriaco, Redondo, un joven y melenudo Maceda, Killer, Landucci, José Manuel, Mesa, Morán y Abel, entre otros grandes futbolistas. Como se esperaba, el Sporting subió de campeón, aunque sin el esplendor de ascensos anteriores.

El ascenso se consumó en la penúltima jornada de Liga en Oviedo. Los rojiblancos, con goles de Quini y Ferrero, remontaron el tanto inicial de Alarcón. Con ese resultado, el Sporting se proclamó campeón y dejó a su eterno rival (ambos habían descendido juntos el año anterior) sin opciones de regresar a Primera.

La semana previa al encuentro ante el Jaén estuvo plagada de celebraciones. El viernes, plantilla, técnicos y directivos acudieron al Santuario de Covadonga para brindar su ascenso. Al acto, oficiado por el entonces capellán rojiblanco, Dionisio Alonso Ruiz, asistió el alcalde de Gijón, Luis Cueto Felegueroso. La directiva la presidía Ángel Viejo Feliú, pero el relevo ya estaba preparado y a la celebración asistió también la nueva junta que presidía Manuel Vega-Arango Alvaré. A la ceremonia religiosa le siguió una comida en el Hotel Pelayo y luego la comitiva acudió a ver las obras de Mareo. El mismo domingo, horas antes de recibir al Jaén, los jugadores comieron en el parador Molinón Viejo y antes del inicio del choque dieron la vuelta de honor al campo. Demasiadas celebraciones para un partido sin trascendencia. El Jaén se impuso con los goles de Calabuig y Ángel y con su portero reserva Marco como centrocampista titular.

Aquella fue una temporada crucial en el devenir del Sporting por el cambio en la directiva. También se produjeron algunas circunstancias inusuales, como el partido suspendido en Puertollano y continuado en Getafe por una invasión de campo para protestar por una decisión arbitral. También fue el año en el que Sosa Martín, un joven árbitro, expulsó a Quini en el campo del San Andrés.