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Agencias

Los ataques de los mercados continuó ayer con fuerza contra España e Italia, aunque sobre todo contra este último, hasta el punto de que la prima de riesgo -sobreprecio que los inversores exigen para comprar bonos italianos en vez de alemanes, que son la referencia- del país transalpino superó a la de España, convirtiéndose en el país de la UE que no ha sido rescatado que tiene mayor percepción de riesgo para los inversores. La presión llegó a tal extremo que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció la aceleración de varias medidas de ajuste y más reformas económicas.

Berlusconi anunció su decisión tras mantener varias conversaciones telefónicas con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, el de Francia, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, que también conversó con el jefe del Ejecutivo británico, David Cameron. Posteriormente, Sarkozy y Berlusconi decidieron adelantar para dentro de unos días la cumbre del G-7 que estaba prevista para el 9 y el 10 de septiembre en Marsella.

Italia no es la única que tiene que acelerar las reformas. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, calificó de «incomprensible» el acoso de los mercados a la deuda española e italiana, de las que aseguró que no tendrán que ser rescatadas. Y alabó el avance de las medidas de ajuste y reformas de España. Pero entonces llegó el matiz. Rehn indicó que es «crucial» que las aplique de manera «contundente». «España se ha comprometido con medidas amplias, y ha avanzado de manera importante en las áreas de consolidación fiscal, la reestructuración del sector bancario, la reforma de las pensiones y la reforma laboral, pero aunque muchas de ellas ya están en curso, su implementación contundente es primordial», afirmó.

El comisario europeo añadió que los planes de consolidación fiscal tienen que ser «aplicados estrictamente a nivel regional», en referencia a las comunidades autónomas. Y enfatizó que es esencial acelerar la reforma del sistema financiero. «El fortalecimiento del sector bancario tiene que concluir y las reformas estructurales planteadas, también», afirmó.

Rehn añadió también que ha pedido a todos los países de la UE que agilicen todos los trámites para poner en marcha cuanto antes, «en semanas, no en meses», los acuerdos alcanzados el pasado 21 de julio por el Eurogrupo para un segundo rescate de Grecia y asegurar la estabilidad en la eurozona. Además, defendió la propuesta que el jueves realizó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, de revisar y ampliar la cuantía del Fondo de Facilidad Europea de Estabilización Financiera. «Para ser eficaz, debe ser creíble y respetado por los mercados», afirmó.

Pero las palabras de Rehn no fueron suficientes para calmar a los mercados, que en los últimos días se han vuelto especialmente virulentos con Italia, cuya deuda pública asciende al 119% de su PIB, cuando la media europea es del 85%. España cerrará este ejercicio, según las previsiones, en el 68%. La prima de riesgo española, que llegó a los 417,6 puntos básicos, se relajó a lo largo de la jornada para cerrar en 369, pero la italiana, que se aceleró en los últimos días, se disparó ayer hasta los 373,6 puntos al cierre.

Berlusconi compareció ayer por la tarde, tras una jornada de muchas reuniones y conferencias telefónicas, para anunciar que aceleraba sus reformas, además de otras decisiones adoptadas durante el día. «Junto con el presidente francés Sarkozy hemos decidido anticipar para dentro de pocos días la convocatoria de un G-7 de ministros de Finanzas, quizá preparatorio para un G-8 de jefes de Estado y de Gobierno», indicó, sin precisar la fecha exacta de la reunión.

La oposición socialdemócrata alemana exigió ayer a Merkel que suspenda sus vacaciones en el Tirol para atender la crisis de deuda que azota a la eurozona, pero la canciller, de momento, no se lo plantea.