Extravagancia y sobriedad, color y oscuridad, sofisticación y pragmatismo. Todo cupo en la primera jornada de la 51 edición de Cibeles Madrid Fashion Week, a excepción del miedo y los límites a la creatividad. Diez jóvenes diseñadores presentaron ayer sus propuestas para otoño-invierno en El Ego.

Anjara ha optado por prendas asimétricas para una mujer segura de sí misma que ansía la comodidad: largas rebecas, abrigos, leggins, chaquetas, chalecos, faldas de talle alto, algunas minifaldas y todo tipo de mangas en materiales puros como son el algodón, la lana, la seda y el cachemir.

Solitas se atrevió con una explosión de colores y estampados sólo rota por la sobriedad de las gabardinas. La extravagancia ha inundado la pasarela con Isabel Mastache para hombre, una apuesta provocadora y muy arriesgada, con reminiscencias étnicas indias y centroeuropeas, que ha conseguido arrancar sonrisas y aplausos en la pasarela. La colección de Carlos Doblas se apoya en el contraste: plástico frente a lanas elásticas y pelo artificial, pantalones pitillo y campanas, transparencias impermeables y densos abrigos, faldas asimétricas que son mini y de largo cóctel a la vez, informa la agencia «Efe». Maya Hansen, que cerró la jornada, ha intentado mezclar la delicadeza del corsé con la estridencia del heavy metal en prendas sofisticadas. American Pé apuesta por una mujer «femenina y pura», que vuelve a la alegría y la libertad de la adolescencia. Sara Coleman propuso tejidos sin costuras y tiras de lana modeladas sobre la figura.

Beba's Closet presentó veinte piezas únicas que incorporan detalles antiguos recuperados. Para Cati Serrà, la moda es unisex. Estampados florales adelantan la primavera en monos, pantalones y vestidos, aunque otros materiales como la piel también tienen cabida en cazadoras y leggins con cortes asimétricos. Muy enlutada y sobria apareció la colección de Georgina Ordinas, con prendas de volúmenes geométricos y líneas puras con el negro como único color.