A. RUBIERA

Los alumnos de primer ciclo del Colegio Laviada ya saben que a sus padres les gustaban los «Hollister» y «Esther y su mundo»; que leían las historias de «Los Cinco» y se emocionaban con el «Capitán Trueno». También se han enterado de que a sus abuelos y abuelas les prestan más los cuentos clásicos, de princesas y príncipes, hadas buenas y brujas malas. Alguno, como Diego González, se ha enterado incluso de que el «Capitán Nemo» no tiene hijos y que su devoción estaba volcada en un ser inanimado: el «Nautilus».

Todo eso lo han conocido los niños a fuerza de hacer de reporteros de la lectura. En eso, en curiosear sobre las aficiones lectoras de sus padres y abuelos, y en contárselo luego a toda la clase, consistió un brillante trabajo que les ha valido el primer premio de la categoría de grupo del V Concurso de reporteros Kiriko.

El Club Kiriko, convocante del certamen, es un proyecto del grupo de librerías asociadas a CEGAL (Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros) con el que se quiere promover la lectura, proponer desde las librerías libros de calidad y contribuir a la formación de las bibliotecas familiares. Unos intereses que son muy similares a los que tiene, desde hace años, el Colegio Laviada.

De hecho, el Laviada es el único centro asturiano, junto con Colegio Alfonso Camín, que participa en un proyecto piloto nacional de «Escuelas lectoras». Ese proyecto es el que ha permitido que desde hace dos años Beatriz San Juan forme parte de la comunidad educativa del Laviada. Ella, como animadora, fue quien impulsó la participación del primer ciclo de Primaria en el certamen del Gremio de Libreros, que ha logrado ganar.

«Sabía de la existencia del concurso y se lo planteé a las tutoras de las clases. A mí me interesa mucho vincular el tema de la lectura con las familias, y por eso pensé que podía estar bien un trabajo en el que los alumnos entrevistaran a sus padres y madres, o a quien quisieran de la familia, sobre sus lecturas infantiles», explica Beatriz San Juan. En total, 167 niños de 6 y 7 años (1.º y 2.º de Primaria) participaron en la experiencia, que incluía aportar dibujos o fotos alusivas, hacer entrevistas largas, cortas, o recoger las historias que tuvieran a bien recordar.

«El objetivo no era otro más que los niños hablasen con los padres de lectura, de cuando eran pequeños, que se aproximaran en sus experiencias. Son trabajos que fomentan la relación y que pueden resultar muy entrañables», sostiene la especialista. Tan entrañables como que una niña acabó llamando a su abuela, en Argentina, para que le contara sus cosas. «Así fue cómo conocimos a un personaje que, por lo visto, es muy popular y clásico en su país, y que se llamaba "Pastorusito". Entre los adultos gijoneses los recuerdos que más salieron fueron los de "Mortadelo y Filemón", el "Capitán Trueno", "Los Cinco"...», rememora San Juan.

Con el trabajo de los alumnos más pequeños las tutoras confeccionaron un reportaje final que resultó muy valorado por el jurado del Club Kirico. Un club que hará entrega del premio a los alumnos del Laviada a través de una de las librerías asociadas en Gijón, El Bosque de la Maga Colibrí, en Viesques. Pero hoy en el centro se llevará a cabo un acto oficial de reconocimiento, que incluye la entrega de diplomas a los «reporteros» de la lectura y sus familiares.

«El trabajo salió muy bien», dice Beatriz San Juan. Sin embargo, el objetivo de la animación lectora ya estaba conseguido de antemano: «A estos niños les encanta leer. Al año leemos entre 30 y 40 títulos variados y casi siempre les saben a poco. Es un gusto trabajar con estas familias», sostiene.