R. VALLE

La Empresa Municipal de Aguas (EMA), con una partida que supera los ocho millones de euros, tiene una más que destacada incidencia dentro del menguado presupuesto inversor municipal para el año que viene. Ayuntamiento, organismos autónomos y empresas municipales aúnan un total de 29,5 millones en su suma de inversiones y transferencias de capital para el año que viene. La misma suma dio un resultado de 71 millones en el ejercicio presupuestario del año 2009. La situación de crisis ya se notó en este 2010 con una capacidad inversora municipal de poco más de 53 millones de euros, que se logró estirar hasta 87 millones gracias a las aportaciones extraordinarias de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y de Vicente Álvarez Areces en sus, respectivamente, planes «E» y «A» contra la crisis. Para el año que viene no hay fondos extraordinarios ni milagros. Simplemente, poco dinero para invertir y un presupuesto a dieta de mantenimiento para afrontar un año electoral.

Así las cosas, la fuerza inversora del entramado municipal se traslada a las empresas municipales. Y eso que también bajan. La EMA salta de los 10,2 millones de este año a los 8,3 del año que viene. Un dinero que se irá, en sus partidas más importantes, a las anualidades correspondientes del desdoblamiento del interceptor del río Piles, las obras de abastecimiento y saneamiento en Güerces, el saneamiento de Veriña, la mejora de la toma de Cadasa con la estación de tratamiento de La Perdiz y la renovación de la red de agua en La Calzada y Nuevo Gijón.

El final de las obras de construcción de sus pisos en La Camocha es la razón de que la Empresa Municipal de la Vivienda tenga una reducida cuenta inversora de poco menos de medio millón de euros cuando este año contaba con 2,4 millones. También pierde dos millones de inversión la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano. Emulsa cubrirá su 2011 con 2,6 millones de euros que le dan para comprar maquinaria de limpieza urbana (400.000 euros) y de jardines (414.000 euros) y un plan de gestión de residuos (1,2 millones). Las inversiones en la Empresa Municipal de Transportes (Emtusa) se mantienen. El presupuesto de 1,5 millones de euros va casi en su integridad a comprar tres nuevos autobuses articulados.

¿Qué inversiones hay en el presupuesto estrictamente municipal? Las justas. Frente a los casi 35 millones del documento de 2010 ahora se contabilizan menos de 12 millones de euros en el anexo de inversiones del Ayuntamiento para el próximo año. Pocos son los epígrafes millonarios de esa partida. De hecho, casi sobran los dedos de una mano para contarlos. Los proyectos urbanizadores, que incluyen el remate de las actuales avenidas en proceso de remodelación, se llevan 1.087.400 euros y la primera fase de la segunda anualidad de la construcción del complejo asistencial de El Natahoyo -donde irán el Albergue Covadonga, Proyecto Hombre y Calor y Café- tiene una consignación de dos millones de euros. Otra pizquita millonaria se encuentra en el programa de acción social donde el Programa Innovador de Mejora de la Empleabilidad (PIME) tiene una consignación inversora de 2,4 millones de euros.

El siguiente escalafón económico incluye, por ejemplo, una reserva de medio millón de euros para rematar la remodelación de El Molinón, otro tanto para mantener las escuelas taller y 600.000 euros para poner en marcha el único proyecto novedoso en el papel, aunque no en la planificación: la escuela de bebés de Roces.

Mucho menos rimbombantes son las reservas económicas para proyectos con nombre y apellidos en los barrios como los jardines de La Arena, los puentes de Moreda, el centro de mayores de Contrueces, la cubierta del Colegio de Tremañes, el mobiliario de la piscina de La Camocha o el albergue de animales de Serín. A ello se une que el programa de distritos ha quedado reducido a 600.000 euros a repartir entre los seis consejos que gobierna esa ciudad. Ese programa nació al inicio de esta legislatura con una dotación de un millón de euros por consejo de distrito para apoyar la participación vecinal en la elaboración de los presupuestos y la autonomía de los vecinos a la hora de elegir el destino de esos dineros.

Y, como todo baja, también lo hace la dotación para los programas que subvencionan el arreglo de fachadas y la colocación de ascensores: cuatro millones.