«Hartazgo y desapego entre los ciudadanos». Ésa es la consecuencia que, según los responsables locales de Unión, Progreso y Democracia (UPyD), ha generado entre los gijoneses la polémica política surgida a raíz de la concesión de los honores de la ciudad. Una polémica centrada en la distinción a Santiago Carrillo como hijo predilecto, que provocó la ausencia en el Pleno de dos ediles del PP en desacuerdo con el apoyo de su grupo a ese tributo. Desde UPyD se entiende que «con la que está cayendo» es necesario que los políticos locales centren su atención en solucionar problemas más cotidianos que en estos reconocimientos.