M. C.

La angustia se apoderó ayer de una familia del Polígono de Pumarín y de muchos de sus vecinos, que siguieron el intento de reanimación durante una hora de una niña de dos meses, en la calle Puerto de San Isidro. Nada se pudo hacer por la pequeña, que según parece pudo fallecer de muerte súbita. El cadáver fue trasladado al tanatorio de Cabueñes, donde anoche estaba previsto que se le practicase la autopsia.

La pequeña fallecida era la menor de cuatro hermanos y la única niña. Como cada mañana, su madre le había dado el biberón. Poco después volvió a comprobar cómo se encontraba su hija. En ese momento acompañaba a la madre una sobrina, que también está embarazada y junto a la que preveía ir a comprar un carricoche a un centro comercial gijonés. Cuando la madre fue a ver cómo se encontraba su pequeña, se la encontró inconsciente. Eran alrededor de las diez y cuarto de la mañana.

Tras avisar a los servicios de emergencia, las dos mujeres bajaron a la calle en un fuerte estado de nerviosismo y con la pequeña en brazos para esperar a la ambulancia, que llegó a los cinco minutos, según explicaba ayer un vecino que siguió de cerca el luctuoso suceso.

La uvi móvil llegó poco tiempo después y también aparecieron varios coches de Policía. El padre, que estaba trabajando en El Llano, volvió a casa de inmediato, tal como él mismo confirmó en la tarde de ayer tras regresar del tanatorio junto a su mujer, ambos abatidos y arropados por otros familiares.

Según explicaron testigos, la Policía Científica también inspeccionó el lugar de los hechos, cosa por otra parte que es su rutina en este tipo de situaciones. El cuerpo de la niña no presentaba ningún signo de violencia que hiciese sospechar alguna circunstancia extraña.

Como todo ocurrió poco después de que la pequeña hubiera comido, en un principio se pensó que podía haberse atragantado, hipótesis que parece haberse descartado. Todo parece apuntar a una muerte súbita, un desenlace que afecta a bebés sanos antes de que cumplan el año de vida, en la inmensa mayoría de los casos desde el nacimiento hasta los seis meses de edad. La muerte súbita acontece generalmente mientras los bebés duermen. Ayer paró un pequeño corazón en el Polígono y rompió los de quienes la lloran.