J. L. A.

Representantes de las distintas «sensibilidades» políticas que han marcado el rumbo de la Federación Socialista Asturiana (FSA) en los últimos años, hasta la llegada de Javier Fernández al primer puesto de mando, arroparon ayer a Alfredo Pérez Rubalcaba en Gijón.

Allí estuvieron muy atentos a las explicaciones del candidato a la secretaría general del PSOE, entre otros, el senador y ex presidente del Gobierno Vicente Álvarez Areces, el diputado y ex delegado del Gobierno Antonio Trevín o la diputada María Luisa Carcedo. Rubalcaba, que abogó por «cambiar la cultura política del PSOE» y despachó críticas al Gobierno de Rajoy («quita con una mano a los pensionistas más que da con la otra»), conoce bien Asturias. No ignora que la FSA fue clave en el congreso que aupó inesperadamente a Zapatero a la secretaría general en junio de 2000. La alianza astur-catalana hizo que Bono perdiera el cónclave.