No es una innovación, sino una revolución, definía ayer uno de los trabajadores de Thyssenkrupp, a pie de laboratorio, el último desarrollo de la compañía, un sistema de transporte horizontal que se apoya en la tecnología del tren de levitación magnética Transrapid y que permite acercar la entrada de las estaciones a los pasajeros a menos de 600 metros. Según se avanzó en la presentación mundial de este nuevo producto, realizada en Gijón, con presencia de los principales gestores aeroportuarios y de la redes de metro, su aplicación permitirá atraer a las estaciones de metro un 30% más de pasajeros. En las terminales de aeropuerto se reducirán hasta un 66% los tiempos que se emplean en el tránsito entre puertas de embarque.

Este singular sistema de transporte, de nombre Accel, ha sido desarrollado, con el apoyo de la división Thyssenkrupp Transrapid y de los proveedores Tecnotion, Beckhoff y Provide, en el centro de I+D+i de Thyssenkrupp Elevator, fundado en 2007 e integrado en el entorno creativo de la Laboral, de donde en los últimos 6 años han salido más de 56 patentes y 52 proyectos con financiación pública a nivel regional, nacional y europeo.

La nueva pasarela de aceleración que se presentó ayer representa un "orgullo" para los 5.000 trabajadores de la multinacional en España, aseveró su consejero delegado para el Sur de Europa, África y Oriente Medio. El "sueño" de dar forma a un sistema de aceleración "de forma continua que hiciera que el transporte de viajeros fuera a otra velocidad", se vio ayer cumplido, reconoció Ramón Sotomayor, quien definió el centro de I+D+i de Gijón como "una gran fábrica de ideas" para canalizar la capacidad creativa de la plantilla, que ahora ha dado lugar a un producto de alta tecnología. Accel funciona como alternativa en aeropuertos a la construcción de costosas estaciones adicionales para el movimiento de viajeros, o la excavación de conexiones subterráneas, permitiendo una significativa reducción del número de vehículos de transporte utilizados en superficie. Su rápida instalación y diseño atractivo unido a la facilidad de uso, son algunas de las ventajas del sistema a juicio de Andreas Schierenbeck, director ejecutivo de la compañía, quien resumió este producto como "una de esas ideas locas que cada dos o tres años nos dicen que no van a funcionar" y que ahora ve la luz tras un desarrollo de 20 meses y cuatro años largos de trabajo.

El nuevo pasillo es capaz de transportar 7.300 pasajeros por sentido y hora, combinando suaves cambios de velocidad. Mediante el uso de una banda de paletas solapadas que se expanden hasta tres veces su tamaño, los pasajeros pueden acceder a la cinta a una velocidad de paseo de 0,65 metros por segundo (2,35 kilómetros por hora) para acelerar después a 2 metros por segundo (7,2 kilómetros por hora) y finalizar con una velocidad normal de paseo antes de abandonar el sistema. Aquellos pasajeros que sigan caminando sobre la cinta podrán alcanzar velocidades de hasta 3,3 metros por segundo, que son 12 kilómetros por hora.

La primera experiencia de usuario sobre el único prototipo desarrollado hasta ahora es de gran velocidad respecto a los pasillos convencionales aunque puede provocar cierta angustia la sensación de la palas replegándose bajo los pies al término del recorrido. La "calidad y fiabilidad" del sistema está garantizada, subrayó Schierenbeck. "Aquí no se sienten ni vibraciones ni impulsos; el único latido que vais a escuchar es el de vuestro corazón", continuó el directivo. El avance la electrónica y la seguridad de los sistemas eléctricos han sido claves en este desarrollo.