Vuelven las fábricas a España gracias a la inversión china, pero... ¿se puede beneficiar Asturias?

Proyectos como la planta de coches Chery en Barcelona o la de baterías de Envision en Cáceres abren un camino de reindustrialización impulsado por empresas asiáticas del que se puede beneficiar Asturias, que aspira a captar la segunda gran factoría de BYD en Europa

Interior de una fábrica de BYD en China.

Interior de una fábrica de BYD en China. / BYD

El desembarco del fabricante de coches Chery en Barcelona la semana pasada ha devuelto la esperanza al sector industrial en España y ha abierto una puerta para la llegada de más compañías automovilísticas chinas. El puente está tendido y Asturias sigue aspirando a albergar una planta de BYD, el gigante que ya exploró el Principado cuando buscaba terrenos para su primera fábrica de coches eléctricos en Europa –que finalmente se instalará en Hungría– y que ahora necesita suelo para su segunda factoría.

Dos años después del cierre de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, la reindustrialización de estas instalaciones para ensamblar el modelo eléctrico Omoda ha sido recibida por las autoridades españolas y los trabajadores como agua de mayo. Razones hay para ello, puesto que la inversión de Chery será superior a los 400 millones de euros, se crearán 1.200 empleos y está previsto fabricar hasta 150.000 millones de coches.

Poco a poco, este tipo de inversiones industriales procedentes del Lejano Oriente se abren paso en España y el ejemplo de Chery no es el único. En la misma provincia de Barcelona, la compañía Shanghai Jingqingrong Garment pondrá en marcha este año la producción de ropa en el municipio de Ripollet. Esta empresa tiene sede en Shanghái y trabaja para grandes empresas como Uniqlo y H&M. En este caso se prevé una inversión de unos tres millones de euros y se crearán 30 puestos de trabajo.

Iniciativas dispares

Navalmoral de la Mata (Cáceres) ha sido el lugar elegido por Envision para situar su planta de baterías con una inversión de 2.500 millones de euros y la creación de unos 3.000 puestos de trabajo. También hay que mencionar el caso del grupo Zhenshi Holding Group, que ha comprado la fábrica de Airbus en Puerto Real (Cádiz) para fabricar aerogeneradores y quiere arrancar la producción tras este verano.

Junto a la inversión en Extremadura, Envisión pilota asimismo el proyecto de montaje de turbinas eólicas que se pondrá en marcha en las Navas del Marqués (Ávila) con una inversión de 110 millones de euros y que generará hasta un centenar de nuevos empleos. La misma compañía también ha proyectado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) una planta con entre 300 y 500 trabajadores y una inversión prevista de unos 900 millones.

Estas operaciones son un síntoma de una tendencia que se está dando la vuelta. Si a finales del siglo pasado eran los fabricantes occidentales los que acudían a China a producir por los bajos costes de la mano de obra, ahora son las empresas chinas las que empiezan a tomar posiciones dentro de la producción europea. "Han multiplicado sus inversiones por todo el mundo y llevan años preparando el desembarco de sus fábricas en Europa. La mano de obra en China ahora es mucho más cara y los salarios europeos ya son competitivos. Hungría ha sido uno de los primeros lugares en los que se lanzaron a fabricar y consideran que España puede ser un puente para incrementar sus relaciones comerciales con América Latina y África", asegura Manuel Fuertes, director de la entidad patrimonial Kiatt.

Esta nueva estrategia de China es indisociable de la presión que la UE ha empezado a ejercer sobre las importaciones chinas. La Comisión Europea señaló a finales de 2023 que investigaría a las marcas extranjeras que exportasen productos de China por si se han beneficiado en algún momento de "ayudas ilegales", incluyendo marcas como Tesla y los fabricantes europeos. También se han anunciado investigaciones a las subvenciones a los vehículos eléctricos por parte de China.

Esta misma semana la UE ha abierto una nueva investigación contra China por los obstáculos a los que se enfrentan los productos y dispositivos médicos sanitarios para entrar en este mercado asiático porque considera que se discrimina a los empresarios europeos de forma "injusta".

"Desde Bruselas quieren corregir el desequilibrio comercial que existe entre la Unión Europea y China. Las prácticas comerciales del gigante asiático son percibidas como hostiles y con la puesta en marcha de fábricas en Europa se persigue evitar la imposición de aranceles a la producción de China, como ya ha ocurrido en Estados Unidos", explica Mario Esteban, investigador de Asia-Pacífico en el Real Instituto El Cano. "El modelo chino de producción tiene que evolucionar, de forma similar a lo que ya ocurrió con los coches japoneses que se empezaron a fabricar en Estados Unidos", argumenta Mario Esteban.

Gracias al desarrollo de un potente mercado interior en China, esta economía ahora está preparada para empezar exportar su tecnología. "Actualmente, China produce valor añadido y es lo que quiere traer a Europa de forma estratégica. Marcas como BYD ya fabrican en Hungría y su desembarco en España está relacionado con su interés por acercarse a América Latina y África", sostiene Félix Valdivieso, presidente del China Center del IE University.

Además, mediante la asociación con actores locales, las empresas chinas buscan tener una imagen más amable frente a los consumidores europeos. "Están encantados de colaborar con la reindustrialización de España. Crean puestos de trabajo y revitalizan la zona, es muy complicado que alguien se oponga a proyectos de este estilo", asegura Fuertes. En el caso de Chery en Barcelona, la compañía ha ido de la mano de Ebro para la reindustrialización de la antigua fábrica de Nissan. Por otro lado, Envision se ha asociado con Acciona para que le proporcione energía renovable.

El coche eléctrico

Una de las fortalezas de la industria china ha sido su apuesta por el coche eléctrico. Y el atractivo que España tiene para la producción de estas firmas reside en sus infraestructuras y la experiencia que tiene el país en un sector como el automovilístico. "Los fabricantes chinos han desarrollado a lo largo de los últimos años una tecnología muy potente en materia de coche eléctrico y ahora quieren expandir esa tecnología. El ecosistema de plantas de montaje que hay en España y la existencia de grandes puertos y buenas comunicaciones interiores son un factor clave para este tipo de inversiones", asegura Ignacio Crespo, socio de consultoría de KPMG España. Tongyue Yin, fundador de Chery, ha señalado precisamente que ensamblar sus coches en España le permite rebajar costes logísticos.

Crespo señala a Hungría y la República Checa como los competidores más fuertes de España en la carrera por el coche eléctrico. "Son países con unos costes muy competitivos. Alemania también es un país muy atractivo por sus subvenciones", desarrolla. En el caso del coche eléctrico, los fabricantes chinos están por delante de los europeos y a la Comisión Europea le interesa incentivar el desarrollo del vehículo eléctrico para acelerar la transición energética. "Acaparan casi el 8% del mercado europeo y su deseo es ampliarlo", asegura el socio de KPMG España.

Hungría, país que ya contaba con una factoría de autobuses eléctricos de BYD, consiguió captar la primera fábrica de coches eléctricos de la compañía en Europa. Asturias fue una de las opciones finalistas que manejó BYD y representantes de la firma china llegaron a visitar los terrenos de la ZALIA, próximos al puerto de El Musel, para comprobar sobre el terreno si se ajustaban a sus necesidades.

Chinos en Asturias

La vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, confirmó esta semana que la compañía busca emplazamiento para una segunda planta en Europa y que España se encuentra entre los principales candidatos. Asturias tiene una segunda oportunidad de subirse al coche eléctrico chino.

La inversión china ya se ha dejado notar en Asturias en la última década, sobre todo mediante participaciones empresariales y compras de empresas. El grupo energético China Three Georges es el mayor accionista de la eléctrica portuguesa EDP, dueña de la asturiana Hidroeléctrica del Cantábrico (actual EDP España), y hace dos años decidió abrir en Gijón una oficina técnica para controlar desde allí sus proyectos energéticos en Europa. La tecnológica ZTE también se implantó en Asturias en 2019 para encargarse del mantenimiento de las redes de Telecable; el grupo industrial Boer Power, un holding que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, se hizo en 2013 con el control de la compañía sierense de equipos para la eficiencia energética Temper, y Shanghai Kaichuang Ocean Resources adquirió en 2016 la conservera centenaria Albo, con plantas en Galicia y Asturias. Los dueños chinos han concentrado toda la producción de conserva de pescado en unas nuevas instalaciones que se inauguraron hace un año en Salvatierra de Miño, en Pontevedra, pero mantienen la fábrica de Tapia de Casariego tras especializarla en platos preparados. Los chinos apuestan por comidas enlatadas tan españolas como la fabada asturiana, el caldo gallego, los callos con garbanzos o los callos a la madrileña. No todo es tecnología punta.

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