Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

Alas Aluminium, uno de los emblemas de la reactivación económica en las Cuencas, ya cuenta únicamente con 28 empleados. La firma ha perdido el 90 por ciento de su plantilla (258 obreros) desde junio. En la jornada de ayer se hicieron efectivos los despidos de 55 operarios, al no aparecer inversores interesados en hacerse cargo de la planta de perfiles de aluminio asentada en Ciaño, en la antigua escombrera del pozo María Luisa. La desvinculación de Alas de estos trabajadores se suma a la de los otros 174 obreros que tuvieron que abandonar la empresa en junio, en cumplimiento del expediente de extinción de contratos decretado por el juez que se encarga del proceso concursal. El resto de la plantilla, que sigue regulada, podría correr la misma suerte que sus compañeros si no surge un comprador antes de diciembre.

La planta aluminera de Ciaño, que inició su actividad en 2005, llegó a rondar, en los momentos de mayor actividad, los 400 empleados, contabilizando el personal propio y el de subcontratas. El 6 de diciembre es el plazo límite fijado en el auto judicial para que la firma pueda remontar el vuelo. Si no hay soluciones antes de esa fecha, se extinguirán los últimos contratos y se entrará en el proceso de liquidación. «La decisión incluso podría adelantarse si las cosas siguen así porque los pedidos son escasos y es muy difícil mantener la fábrica según nos han comunicado los administradores concursales», aseguró José López, miembro del comité de empresa.

Los administradores también notificaron a la plantilla que actualmente no hay negociaciones con posibles inversores, por lo que la firma parece abocada a la liquidación. «Todo parece indicar que las empresas interesadas en hacerse cargo de la planta van a esperar al momento del convenio de acreedores o a la propia liquidación», argumentó López. En ese momento, toda el personal ya estaría desligado de Alas. Por ese motivo, el comité de empresa tratará de alcanzar un «compromiso» para que los posibles inversores echen mano de los ex trabajadores de Alas para configurar la plantilla de la nueva factoría, si al final llega a fructificar el interés por la aluminera.

En un principio, estaba previsto que los administradores concursales diera luz verde a la última oleada de despidos en julio, aunque se dio un margen mayor a la espera de que el nuevo Gobierno regional pudiera asentarse y reanudar las negociaciones con posibles inversores. Finalmente, a la vista de que no aparecían compradores, se optó por extinguir 55 contratos, según expuso el comité. En su auto de junio, el magistrado del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo ya explicaba que, de no acometerse la extinción de contratos, no habría dinero para afrontar el mantenimiento y vigilancia de la planta, en previsión de la posible captación de nuevos promotores.

Alas Aluminium acumuló, entre 2005 y 2010, una deuda de 58,5 millones de euros. Cuando se puso en marcha el proyecto, los promotores recibieron 16 millones de euros en ayudas públicas para levantar y desarrollar la factoría, que se instaló en la escombrera del pozo María Luisa. La empresa, que cuenta con unos activos hipotecados en su mayor parte, entró en concurso de acreedores a principios de este año. Además, en los últimos tres años, el personal de la factoría langreana se vio afectado por otros tantos expedientes temporales de regulación de empleo.