La Vega, una nueva ciudad preparada para abrirse al resto de Oviedo

Ministerio de Defensa, ayuntamiento de Oviedo y Principado de Asturias han llegado a un acuerdo para incorporar la vieja fábrica de armas a la ciudad y convertirla en nuevo barrio con edificios residenciales, empresas biotecnológicas, recintos culturales y grandes zonas verdes

Una vista de la zona baja de la  fábrica, con la torre de la antigua central de calefacción y la escuela de aprendices, en el centro. | Irma Collín

Una vista de la zona baja de la fábrica, con la torre de la antigua central de calefacción y la escuela de aprendices, en el centro. | Irma Collín

La fábrica de armas de La Vega, una auténtica ciudad dentro de la ciudad, cargada de historia y futuro, se prepara para reinventarse por tercera vez. Después de haber sido monasterio durante siete siglos, fábrica de armas propiedad del Ministerio de la Guerra desde que la desamortización desalojó a las monjas en 1854 y recinto con el cierre echado y escenario para actividades culturales singulares desde que General Dynamics trasladó toda su actividad a Trubia, en 2012, la solución a estos terrenos, en una zona estratégica para la ciudad, acaba de llegar bajo la forma de convenio urbanístico entre tres administraciones. El Ministerio de Defensa, propietario mayoritario del recinto, el Ayuntamiento de Oviedo, responsable del ordenamiento del suelo y que pasará a ser el dueño de casi todas las naves, y el Principado de Asturias, pieza de apoyo clave en el acuerdo que se quedará, además, con el edificio de cañones desde el que impulsará un nuevo polo biotecnológico, ya han cerrado todos los detalles del proyecto. Cada una de las administraciones desarrolla ahora sus correspondientes instrumento jurídicos para oficializar la operación, que pasará, primero, por la aprobación de un convenio urbanístico en el Pleno del Ayuntamiento de Oviedo.

El acuerdo mejora y amplía los términos generales del protocolo firmado el verano pasado en Madrid por la ministra Margarita Robles, el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y el presidente del Principado, Adrián Barbón. En síntesis, este pacto plantea la reversión de los terrenos de la fábrica a manos municipales que, a cambio, cede a Defensa los derechos para edificar hasta 100.000 metros cuadrados construidos destinados a viviendas, el 30% pisos con algún tipo de protección. El gobierno regional completa la operación con la compra de la nave de Cañones de Sánchez del Río con una inversión de 4,5 millones de euros y desarrollará desde allí el despegue de la actividad biotecnológica que pretende desarrollarse dentro del nuevo ámbito.

En términos globales, el Ayuntamiento se queda con tres cuartas partes de los 122.000 metros cuadrados del terreno, y Defensa con el cuarto restante, donde concentrará las zonas residenciales, pero no solo. Una de las mejoras que ha planteado el convenio respecto al protocolo es la supresión de una referencia inicial a la construcción de una edificación en altura y el añadido de una cláusula que permitirá al Ayuntamiento, llegado el caso, permutar esos derechos de edificabilidad en La Vega por parcelas en otras zonas de la ciudad.

Con ese planteamiento, el Ayuntamiento de Oviedo se quedará la mayor parte de las naves, que en principio, y salvo pequeñas edificaciones en estado muy ruinoso, se mantendrán en su totalidad.

La protección al conjunto arquitectónico de la fábrica de armas de La Vega, un recinto histórico considerado una pequeña joya del patrimonio industrial, se ha extendido también a los chalés de ingenieros que se suceden en uno de los laterales del recinto fabril, en la Tenderina. Al respetar la mayor parte de estas construcciones se cumple, igualmente, con el ámbito de especial protección que marca el Camino de Santiago en esa zona.

En ese empeño de mejorar la primera propuesta hay otras cuatro naves que han pasado ahora a manos municipales: los edificios correspondientes a las "oficinas de producción", "tratamientos superficiales", "taller de mantenimiento" y "almacén intermedio", cuatro construcciones de ladrillo rojo en la parte central y sur del recinto.

Por otra parte, también se ha decidido mantener el edificio de la antigua central y su torre e incluir en los espacios libres de uso público la plaza central frente al edificio de la escuela de aprendices, un lugar que ha quedado ya ligado, durante los últimos años, a los conciertos al aire libre organizados por la Fundación Princesa de Asturias durante la Semana de los Premios y a los del festival indie de verano "Vesu".

Entre esas modificaciones, el Ayuntamiento de Oviedo también cambia sus obligaciones y ya no tendrá que completar su aportación económica. A cambio, se hará cargo de la urbanización de los terrenos, pero deja a Defensa la parte de descontaminación de los suelos.

La parte del Principado tampoco ha cambiado. Su parte corresponde con la nave de Sánchez del Río, llamada a ser la primera piedra del polo biotecnológico que se quiere desarrollar allí. La Consejería de Ciencia y la Cámara de Comercio de Oviedo ya han empezado a analizar ese desarrollo y han sumado en la operación a la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (Finba) y al centro tecnológico Idonial. De momento, la nave de cañones aspira a ser la primera pieza para implantar proyectos empresariales y podría acoger la incubadora de proyectos vinculados a la inteligencia artificial y la salud que lanzará este año la fundación Incyde en una próxima convocatoria.

La definición final del resto de las naves industriales está todavía por hacer, pero el Ayuntamiento quiere destinar varias de ellas a usos culturales, tal y como la ciudad viene disfrutando en los últimos años, tanto en la programación de los Premios Princesa como en los ciclos municipales que se instalan allí, caso del citado festival Vesu, de la programación de teatro infantil Cafca o del fin de semana de experiencias tecnológicas Link.

La parte de los aprovechamientos de Defensa se concreta por ahora en nueve edificios que se reparten por el extremo oriental del ámbito y por la parte sur. La mayoría de ellos están previstos con siete alturas y un ático retranqueado. También se está estudiando la posible cesión de los chalés de la Tenderina que se han salvado en el último acuerdo para cedérselos a fundaciones y asociaciones sin ánimo de lucro. Al norte, una gran zona verde alejará la autopista de San Julián de los Prados y ampliará el parque ya existente.