Adiós a López López, el extremo que Cruyff recomendó al Oviedo: así fue su paso por el club azul

El exatacante azul falleció ayer a los 58 años a causa de un infarto: "Es una lástima, era una gran persona"

Echevarría, Chepo de la Torre y López López

Echevarría, Chepo de la Torre y López López / LNE

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

Cuenta Eugenio Prieto, ex presidente del Real Oviedo, que tras lograr el ascenso a Primera División en Mallorca en 1988 peinó el mercado en busca de futbolistas que pudieran aportar aire fresco al vestuario y de paso poder firmar una temporada que permitiese al Oviedo lograr la permanencia sin muchos apuros. Fue entonces cuando habló con Cruyff para que le aconsejase con dichos refuerzos. "López López es tu hombre", le dijo el por aquel entonces el entrenador del Barça.

Francisco López López (Barcelona, 1965), que llegó en 1988 para disputar una temporada con el Oviedo, la primera desde el ascenso, falleció ayer en su ciudad natal a los 58 años a causa de un infarto. Se encontraba en su vehículo camino de su casa cuando se sintió indispuesto, apartó su coche en la calzada y su corazón dejó de latir. Los servicios de emergencia intentaron reanimarle, pero sin éxito. Deja dos hijos, uno de ellos árbitro asistente de Segunda División, Sergio López, que ya ha pasado en alguna ocasión por el Tartiere para arbitrar partidos, a los que su padre vino a acompañarle.

López López fue un extremo explosivo, veloz y valiente. Comenzó en la cantera del Barça, donde estuvo desde 1983 hasta el 1988. En la pretemporada del 88, Cruyff fue sincero con él: tenía por delante a jugadores como Salinas, Lineker, Carrasco o Valverde. Fue entonces cuando la opción del Oviedo cobró sentido para él. El técnico holandés, además, tenía buena relación con la directiva carbayona, por lo que en el club azul seguiría estando bajo su control. Llegó a Oviedo con 23 años, se rompió el menisco, y a pesar de ello, no firmó una mala campaña en la capital del Principado, con 19 partidos disputados, 1.219 minutos sobre el césped y un gol en su haber.

La entidad azul pidió su continuidad, pero los planes que el Barça tenía para el atacante catalán fueron otros, y no pudo continuar. Sin embargo, nunca dejó de visitar Oviedo. "Tenía un par de fabadas pendientes con nosotros, es una pena enorme", dice Prieto, que se enteró de la triste noticia a la vez que su gran amigo, Chus Hevia, ex jugador azul. "Era muy joven, es una verdadera lástima porque era una gran persona", señala que fuera compañero de López López.

El extremo catalán hizo muchos amigos en el escaso año en el que jugó para los azules. Carlos Muñoz, delantero histórico del Oviedo, se llevó las manos a la cabeza ayer al enterarse de la noticia. Ellos no coincidieron en la plantilla, pero eran conocidos. "No somos nadie, era tan joven... Es una auténtica lástima", dijo el exdelantero azul. Y es que López López fue muy querido en Asturias. De hecho, estuvo en Oviedo hace un par de meses mientras realizaba el Camino de Santiago y tenía planeado volver "en un par de fines de semana", confirma Ramiro Fernández, el psicoesteta ovetense que tuvo "el inmenso honor" de poder cortarle el pelo a muchos de los futbolistas que pasaron por la capital asturiana, entre ellos, a López López. "Hablamos el domingo. Me dijo que iba a venir a verme en un par de fines de semana. Su hijo, nada más enterarse de la noticia, me llamó para contarme el terrible suceso y me contó que Francisco (por López López) le había comentado que iba a venir a Oviedo a comer con nosotros. Es una auténtica desgracia", lamentó Fernández.

Su último partido en Primera fue vestido de azul, en un derbi en Gijón, que terminó en empate a ceros. Al abandonar Oviedo para regresar a La Masía, el club catalán ordenó a López López que fuera cedido al Figueres bajo amenaza de apartarlo del equipo y ejercitarse en campos de tierra. Empezó así una etapa por Segunda en el Figueres (1989-90) y Levante (1990-91) y por Segunda B en el Ávila (1991-92) y Cacereño (1992-93). López López volvió a casa y, después de recibir ofertas del Júpiter catalán y Badalona, fichó por el Tremp, líder del grupo 2 de Regional Preferente (noviembre de 1993 a enero de 1994) y Huesca (para jugar la fase de ascenso a Segunda B en mayo-junio de 1994). Luego colgó las botas y trabajó de comercial junto a su hermano Luis.

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