El partido de esta noche en Balaídos puede convertir a Iago Aspas y a Amorebieta en bicentenarios. En el caso de que participaran en el encuentro, ambos alcanzarían el partido número 200; Aspas, como jugador del Celta de Vigo, y Amorebieta, en cuanto a número de presencias en Primera División. Cifras que revelan la experiencia e importancia del defensa rojiblanco y el atacante celeste, que, además, podrían acabar emparejados si, finalmente, llegan a coincidir sobre el terreno de juego.

Amorebieta ha conseguido en el Sporting redondear unas cifras engordadas por el papel importante que desarrolló en el Athletic de Bilbao. El internacional venezolano llegó a Gijón con 195 encuentros disputados en la máxima categoría del fútbol español. Números que ha logrado en las ocho campañas que ha estado en la primera plantilla del conjunto vasco, entre 2005 y 2013. A estas cifras hay que sumar otros 30 partidos en Copa del Rey, y 31 en competición europea.

Cuatro partidos lleva disputados el Sporting en Liga y, en todos, Amorebieta ha sido de la partida, lo que le ha llevado a acumular 199 presencias que esta noche pueden mudar todos sus dígitos. Su llegada, procedente del Fulham inglés, conjunto al que ha pertenecido desde que abandonó Bilbao, se convirtió en el relevo elegido por Abelardo para suceder a Bernardo como líder de la defensa rojiblanca.

Iago Aspas, por su parte, vive su segunda etapa en el cuadro vigués, al que sacó de Segunda División en la campaña 2011/12, y al que ha metido ahora en competición europea. Los 199 partidos que acumula el de Moaña con la camiseta del Celta sólo son superados, en la actual plantilla, por Hugo Mallo. El lateral derecho celeste lleva 227 encuentros disputados con el conjunto gallego. Las cifras de Iago Aspas podrían ser mucho más amplias de no haber cambiado Vigo por Liverpool, en el verano de 2013. Los ingleses pagaron 9 millones de euros por el delantero gallego, que retornó a España a la campaña siguiente, cedido al Sevilla, tras no acabar de tener continuidad en el conjunto "red". Su regreso a Balaídos, en 2015, recuperó su mejor versión.