Oviedo, Raquel L. MURIAS

La prisión de Villabona registró en la tarde del viernes la primera muerte de un recluso a manos de otro interno. Un preso mató a otro en el patio del establecimiento penitenciario, sin que fuera posible detener la agresión. Todo parece apuntar a un ajuste de cuentas ejecutado a golpes y con patadas en la cabeza. Sin armas de por medio. El agresor es un marroquí de 29 años, cuya corpulencia llamaba la atención e imponía respeto, y la víctima, un corverano de 39 años. Ambos tenían un amplio historial delictivo y, al parecer, diferencias que venían de antiguo.

Sin embargo, nunca hasta el viernes habían tenido encontronazo alguno dentro de la prisión de Villabona, ni habían dado indicios de enemistad de ningún tipo. «Ni el más mínimo roce». Si hubiera sido así no estarían compartiendo módulo penitenciario. «Estarían separados», explicaron a este periódico fuentes penitenciarias. «Se han producido algunas peleas, muertes naturales o situaciones violentas, pero nunca habíamos sufrido un caso como éste», aseguraron fuentes penitenciarias.

Los dos se encontraban recluidos en el módulo 8, donde se encuentran los presos preventivos. Desde la dirección de la prisión se lamentan profundamente de estos hechos y se sostiene que en todo momento y a diario ponen los medios necesarios para que no se produzcan este tipo de agresiones.

El agresor, ahora en régimen de aislamiento, lleva varios años en la cárcel. Sobre él pesan delitos de homicidio frustrado y atentado contra la autoridad, entre otros. La víctima, que ya había estado interno en otras ocasiones, entró por ultima vez en la cárcel asturiana en octubre de este mismo año, también por atentado contra la autoridad.

Según fuentes de la investigación, el corverano murió como consecuencia de los golpes en la cabeza que el recluso marroquí le propinó. No le hicieron falta armas para acabar con la vida de su compañero en cuestión de minutos.

El suceso se produjo sobre las siete de la tarde del viernes en el patio, y ante la mirada atónita de otros reclusos. La corpulencia del marroquí y su metro noventa de estatura ahuyentaron a cualquiera que se atreviese a mediar para detener la pelea. Según fuentes cercanas, la agresión fue brutal, inesperada y fulminante. La víctima fue trasladada de inmediato a la enfermería de la cárcel, cumpliendo con el protocolo establecido en la prisión, pero nada se pudo hacer para salvarle la vida. Los golpes del agresor, con patadas en la cabeza, fueron letales.

Hasta la cárcel asturiana se desplazaron los agentes de la Guardia Civil, la juez de guardia y el forense poco después de producirse el suceso. Además, en la mañana de ayer estuvieron presentando declaración los funcionarios que se encontraban trabajando en la cárcel cuando se desató la pelea.

En las próximas horas serán llamados a declarar el resto de internos que fueron testigos de la brutal agresión en el patio de Villabona. La investigación judicial continúa abierta y se ha decretado el secreto de sumario.

Tanto el agresor como la víctima eran reclusos muy conocidos entre sus compañeros y con un complicado historial delictivo a sus espaldas. En la cárcel de Villabona hay en la actualidad un total de 1.443 internos. En el módulo 8 es donde se encuentran recluidos aquellos presos con un historial delictivo más amplio, es decir, los más peligrosos y problemáticos.

Ahora el agresor continuará en la celda de aislamiento hasta que la juez que instruye el caso, del Juzgado de instrucción número 4 de Oviedo, tome una decisión respecto a su situación.

El suceso ha causado una gran conmoción en la cárcel asturiana, tanto en el seno del personal que trabaja en Villabona como entre los reclusos. La investigación judicial sigue su curso y se espera en que en los próximos días se conozcan más datos de los motivos por los que el recluso marroquí agredió al corverano.