Oviedo, Félix VALLINA

Asturias suma 50.745 escopetas, 11.716 rifles y 4.536 carabinas circulando de manera legal. Las cuentas las lleva al dedillo el responsable de la unidad de intervención de armas y explosivos de la Guardia Civil en la Comandancia de Oviedo, el subteniente Francisco García Valbuena, que dirige al equipo desde abril del año 2005. Leonés de Posada de Valdeón y amante de la caza, lucha cada día para que nadie apriete el gatillo en la región estando fuera de la ley. En su despacho, con un casquillo de proyectil antiaéreo de un metro de alto a su vera, decorando la sala, García Valbuena se prestó a conversar con LA NUEVA ESPAÑA para analizar a fondo, entre otras muchas cosas, las labores de su unidad, sus competencias y qué pasos seguir para hacerse con un arma de fuego, que suman 73.846 unidades en el Principado.

l El equipo. Las unidades de intervención de armas y explosivos de la Guardia Civil comenzaron a funcionar en España en 1996. «Antes, si alguien quería sacarse un permiso, tenía que acudir al puesto más cercano, donde el personal que estaba allí destinado se encargaba de llevar el control; pero ahora todo está más organizado», señaló el subteniente. La Benemérita es el único cuerpo del país con competencias en materia de armas -«todo pasa por la Guardia Civil», explicó Francisco García Valbuena- y por eso la unidad asturiana cuenta con «suficientes efectivos» para llevar a cabo una labor que abarca desde las inspecciones en armerías y establecimientos autorizados hasta la vigilancia en los exámenes y prácticas de los guardias de seguridad. La unidad adscrita a la Comandancia de Oviedo -hay otra de similares características dependiente de la de Gijón- cuenta con trece efectivos en la sede central de la capital del Principado, en el cuartel del Rubín, pero también hay personal en Mieres (4 agentes), Salas (3), Luarca (3) y Cangas del Narcea (3). Además, existe un equipo de inspección formado por un sargento y dos guardias «que sale a diario a inspeccionar empresas, polvorines, minas, depósitos, canteras...», subrayó el subteniente. En Oviedo se encuentra la plana mayor -con tres hombres-, una oficina de atención al público, otra de licencias y el jefe de la intervención.

l Requisitos para adquirir un arma en Asturias. La primera condición para obtener un permiso es presentar un certificado psicotécnico y carecer de antecedentes penales y policiales. También es necesario contar con la mayoría de edad, aunque la ley también permite que obtengan permiso los menores de más de 16 años que cuenten con la autorización de sus padres y que usen las armas en compañía de un adulto responsable. A continuación es necesario realizar una prueba teórica. «En la página web de la Guardia Civil hay un temario con 400 preguntas que está a disposición de todo el mundo. Luego, en el examen, se les preguntan 20 de esas 400 y tienen que responder correctamente a 16 para aprobar», explicó García Valbuena. Una vez superada la teoría, se realiza una prueba práctica. «Dos o tres horas después de la teórica citamos a los aprobados en el campo de tiro de La Belonga (Oviedo) y allí demuestran si saben disparar». La prueba se realiza sobre una diana cuadrada de 75 centímetros y a una distancia de 25 metros. «No es difícil», reconoció el subteniente. El permiso de armas normalmente se saca para cazar o para practicar deportes de tiro, para lo que los interesados están obligados a contar además con las licencias que otorga el Principado.

l Número de armas y licencias. La gran mayoría de las licencias que hay en Asturias son del tipo E, es decir, aquellas que permiten el uso de escopetas, carabinas y ballestas. En total hay 27.283 expedidas para las 50.745 escopetas, 4.536 carabinas y 11 ballestas que están registradas en el Principado. La licencia del tipo B se le otorga a personas que por sus trabajo o por cualquier otra situación son más propensos a correr riesgos. «Sería el caso de policías o guardias civiles retirados, personal del Ejército, jueces, algún fiscal... Antes la tenían muchos joyeros, pero ahora se la han retirado a casi todos», afirmó Francisco García Valbuena. En total hay 281 licencias del tipo B, para 271 armas registradas. Las del tipo C son para los vigilantes de seguridad y hay 2.057 (387 armas cortas registradas y 194 largas). El tipo D permite el uso de armas largas rayadas o rifles (11.078 para 11.718 armas) y el tipo F regula las licencias para tiro deportivo (1.790 para 3.444 armas cortas y 217 largas). Además hay 566 permisos para armas del tipo avancarga (que se accionan con pólvora) y 334 coleccionistas, que guardan 1.156 armas cortas y 1.178 largas. Por otro lado, en el Principado hay 91 menores con permiso de sus padres para tener armas. «Es normal que siempre haya más armas que licencias porque una persona puede tener más de una. Por poner un ejemplo, la ley permite tener hasta doce escopetas y todos los rifles que uno quiera, eso sí, debidamente reglamentados y guardados en armeros especiales de seguridad», subrayó el subteniente. ¿Alguien puede tener en su casa una metralleta? «No, a partir de cierto calibre se consideran armas de guerra y no están permitidas», recordó Francisco García Valbuena.

l El depósito de Oviedo y la colaboración con Arcelor. En la Comandancia de Oviedo hay actualmente 1.570 armas retenidas. «Casi todas están por asuntos judiciales o administrativos, es decir, por un delito o por una sanción que está sin pagar», explicó el responsable de la unidad. Muchas de esas armas se subastan después de un tiempo, pero la gran mayoría es reducida a chatarra. El sistema para hacerlo no es nada rebuscado. «Tenemos muy buena relación con Arcelor, y cada cierto tiempo llevamos una remesa de armas para que las quemen en uno de sus hornos», aseguró Francisco García Valbuena. Concretamente se destruyen en el convertidor de la acería de Gijón. En el depósito de Oviedo también hay muchas armas requisadas por motivos de violencia en el ámbito familiar. «En eso somos estrictos. En el momento en que hay una denuncia, por motivos cautelares, se le retiran las armas al denunciado. Luego, si sale un juicio y lo gana, se le devuelven, pero hasta entonces se quedan aquí», explicó el subteniente.

l ¿Se puede prestar un arma? ¿Qué pasa si fallece el titular? «Un arma sólo se puede prestar para cazar a un español con licencia o a un extranjero que resida en España y también disponga de los permisos», afirmó el subteniente. Pero para hacerlo se necesita una autorización escrita, firmada por ambos participantes en la cesión, sellada por la Guardia Civil y fechada. Tiene un plazo de validez de quince días. «Además, todas las armas van acompañadas por una guía de pertenencia de cada arma, que es una especie de matrícula para tenerlas controladas en cada momento». Por otro lado, en el caso de que fallezca el titular de un arma, los herederos tienen la obligación de entregársela a la Guardia Civil antes de seis meses. Si los familiares quieren recuperar el arma, pueden hacerlo en un plazo de un año, siempre que lo haga alguien con todos los permisos en regla.