Pedro Almodóvar sigue abonado a comunicarse a través de las redes sociales y ayer se hizo una autoentrevista en Facebook en la que afirma que no le importaría hacer una película sobre el ex presidente del Consejo General del Poder Judicial Carlos Dívar «y la judicatura en general» o sobre la monja María Gómez Valbuena, acusada de robar niños.

«También creo que Encarna Sánchez merece una película, a mí me encantaría hacerla, pero no la haré», se asegura a sí mismo el director de «Todo sobre mi madre» en la página de Facebook.

«¿No cree que esta entrevista resulta un poco gratuita, teniendo en cuenta que sólo está en la cuarta semana de rodaje?», se pregunta. Y se contesta él mismo: «Es prematura, (...) pero no gratuita. Aunque es cierto que con el tipo de promociones que se hacen ahora no hace falta hacer entrevistas hasta el mismo mes del estreno. Toda información actual se devora al instante, todo es muy efímero, excepto el silencio».

Almodóvar espera que el público considere «tronchante» su película número diecinueve, aunque se conformaría con que le pareciera «amena, entretenida», con tal de que no la califique de «telúrica», «almodovariana» o, lo que es peor, que afirmara que «lo mejor de Almodóvar pertenece al pasado. Ahórrense el esfuerzo de piratearla».

El realizador ha decidido viajar sin facturar sus preocupaciones habituales. A los festivales dice «no, gracias», y del mensaje político prefiere salir volando con su avión y sus pasajeros. «Cuando amenaza con aparecer un pico de realidad, la famosa prima, la cifra de parados, la aprobación de la subida del IVA, los gritos de todo el género femenino contra el ministro Gallardón, yo pongo digitalmente un grupo de nubes flamígeras, las nubes lo tapan todo. Deliberadamente he huido de la realidad, es todo ficción».