Hacía nueve años que los habitantes de Argame, en Morcín, no pasaban la noche en vilo. El desbordamiento del río Caudal, aunque menor que la que recuerdan de 2010, dejó incomunicados durante dos días a una treintena de vecinos en sus casas. "Horrible", resumían a primera hora de la tarde de ayer, José Vicente González y Manuela, "Liti", Mallada, con vivienda y negocio -un estanco- en el pueblo. "Una cosa es que ya sepamos cómo va esto y otra cosa es vivirlo. Pasamos la noche mal, sin casi dormir, saliendo cada poco a mirar por dónde estaba el nivel del mar", relataron. Esta vez quedó a menos de un dedo de entrar en casa y muy lejos de alcanzar la marca de un metro de 2010.
No corrieron la misma suerte los vecinos Mari Cruz Padilla y Javier y Marco Moro, que quedaron aislados en la planta superior de su vivienda. "Abajo nos entró medio metro el agua; quedamos sin luz y sin calefacción", lamentaron. La familia Padilla- Moro no ocultó tampoco su indignación: "Por aquí no pasó ni el Alcalde ni los concejales a preguntar cómo estábamos o si necesitábamos algo". De hecho, protestó Javier Moro, "hoy (por ayer) llamamos al Ayuntamiento y no nos cogen ni el teléfono".
A los vecinos de Argame ya sólo les queda esperar a que el caudal del río baje y la inundación también remita. Ayer por la tarde ya había disminuido un palmo. "No son tanto las pérdidas materiales como el susto", admitieron.
