Las unidades de cuidados intensivos (UCI) de los hospitales asturianos albergaban ayer a 138 pacientes infectados por covid, según los datos facilitados por la Consejería de Salud. A esta cifra hay que sumarle los enfermos no covid, cuyo número no fue especificado por el Principado, pero que con toda probabilidad son unos 25. En total, 163 son los pacientes que a día de ayer ocupaban plazas de críticos en los centros sanitarios públicos.

Esta cifra puede leerse de dos maneras. Una de ellas la expresó ayer la gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Conchita Saavedra, según la cual la tasa de ocupación es del 68 por ciento de las 240 camas de cuidados intensivos que la Consejería comunicó al Ministerio de Sanidad que era capaz de habilitar en el caso de que la pandemia se desbocase, que es lo que está sucediendo.

La otra lectura de esos 163 ingresados en las UCI –la que defienden algunos profesionales sanitarios– es que la actual tasa de ocupación de las UCI de Asturias es del 175 por ciento de la capacidad de la red hospitalaria regional cuando se inició la pandemia, que era de 93 camas. Los sanitarios que defienden esta interpretación de los datos argumentan que es más acorde a la dura realidad de la pandemia y al esfuerzo de los trabajadores, y que contribuye a que tomen conciencia de ello incluso los sectores de la sociedad más proclives a la irresponsabilidad y el negacionismo.

En la rueda de prensa que ofreció ayer con otros responsables de la Consejería de Salud, Conchita Saavedra admitió que la situación más preocupante de la red sanitaria regional es la que presentan las unidades de cuidados intensivos. De esa cifra máxima de 240 camas operativas, en esta semana se pasó del 56 por ciento al 68 por ciento de ocupación, entre pacientes covid y no covid. “Empezamos antes de la pandemia con 93 camas de UCI; en la primera onda llegamos a 149, aumentando espacios y estructura. Seguimos en ello y hemos llegado a 240 que estaban en el plan de contingencia y seguiremos ampliando el número de camas hasta 260”, indicó Conchita Saavedra, quien añadió: “Se ha triplicado el número de camas de UCI y se está muy por encima de la ocupación que se registró en la anterior ola”.

Anestesistas y uvistas

Buena parte de este crecimiento ha sido posible gracias a la incorporación de los anestesistas al manejo de enfermos críticos, mano a mano con los médicos intensivistas. La permanencia media en la UCI de los infectados de covid es de más de un mes. El 92 por ciento tiene más de 50 años.

Ayer mismo, entró en servicio una nueva unidad de 19 camas de cuidados intensivos instalada en el antiguo gimnasio de Rehabilitación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Está destinada a pacientes afectados por el covid-19. La denominada UCI-9 del HUCA ha sido montada en un tiempo récord por el servicio de Ingeniería y Mantenimiento del complejo sanitario ovetense.

“Las previsiones iniciales apuntaban a que el 5 por ciento de los ingresos hospitalarios requerirían cuidados intensivos. Sin embargo, este porcentaje ya ha ascendido al 20 por ciento. De forma más rápida de lo que sospechábamos, y sin conocer por qué, ha habido una subida de ingresos superior a la de la mayoría de las comunidades, y los ingresos son superiores a la mayoría de las comunidades autónomas”, aseveró Conchita Saavedra, quien añadió: “Si se siguen manteniendo las cifras de contagios, van a aumentar los ingresos y el escenario será crítico” en las próximas semanas.

Según avanzó la gerente del Sespa, la siguiente fase ya será utilizar las zonas de reanimación y de quirófanos. “Seguiremos creciendo y buscando aprovechar los 337 respiradores en hospitales donde ya hay atención UCI para aprovechar los recursos existentes”, enfatizó.