Asturias avanza en la lucha contra los sarcomas: desde desarrollar minitumores hasta detectar de forma precoz cánceres con el olfato de los perros

Científicos del ISPA trabajan desde 2019 en tres tipos de enfermedades raras que se forman en los huesos, como la que provocó la muerte este mes a la influencer Elena Huelva

Científicos del grupo de Sarcomas y Terapias experimentales del ISPA: de izquierda a derecha, Verónica Rey, Dzohara Murillo, Juan Tornín, Carmen Huergo, Borja Gallego y René Rodríguez.

Científicos del grupo de Sarcomas y Terapias experimentales del ISPA: de izquierda a derecha, Verónica Rey, Dzohara Murillo, Juan Tornín, Carmen Huergo, Borja Gallego y René Rodríguez. / LUISMA MURIAS

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Elena Huelva, la joven influencer sevillana que visibilizó durante cuatro años en redes sociales su batalla contra el cáncer, murió este 3 de enero a los 20 años como consecuencia de un sarcoma de Ewing. Es un tumor raro, el mismo que se llevó la vida del hijo de Ana Obregón, Álex Lequio, que se forma en los huesos y sobre el que Asturias investiga. El grupo en Sarcomas y Terapias Experimentales del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) trabaja desde 2019, entre otras líneas, en el diseño de minitumores en 3D para entender mejor los sarcomas óseos y ensayar terapias personalizadas en ellos, así como en la detección temprana de cánceres mediante el olfato de perros entrenados. Precisamente el equipo que dirige el investigador René Rodríguez acaba de recibir 15.000 euros de la Asociación Galbán para desarrollar está segunda línea de estudio, con el fin último de diseñar una nariz electrónica para uso clínico y entrenar canes para detectar tumores. 

René Rodríguez explica que casos como el de Elena Huelva permiten «concienciar» sobre la necesidad de destinar fondos «al estudio de todas las enfermedades, incluidas las más raras como los sarcomas». «De estos tumores, hay un centenar distintos y, en general, afectan al 1% de los diagnosticados con cáncer. Nosotros estamos especializados en los de huesos, como el sarcoma de Ewing, pero sobre todo en los osteosarcomas y los condrosarcomas. Abarcamos desde el diagnóstico hasta el tratamiento, pasando por el desarrollo de modelos de medicina personalizada», detalla. 

Un tumor creado en el laboratorio

En este sentido, una de las líneas estrella del grupo, financiada por el Ministerio de Ciencia con más de 200.000 euros y por la Asociación Galbán, consiste en recrear en el laboratorio minitumores –copias exactas de los que los pacientes sufren en la realidad– para «entender mejor la enfermedad y usarlo como avatar para probar en ellos terapias efectivas». Es un primer paso hacia la medicina personalizada en sarcomas. «Es un cambio de paradigma. Ahora todos los pacientes con que padecen un subtumor determinado se tratan de la misma forma. El reto es atender a las características moleculares de cada tumor y tratarlo con el fármaco que ataque esa alteración, independientemente de que se utilice para otros tipos de cánceres», ahonda René Rodríguez. Su equipo publicará en breve un estudio científico que demuestra que la mutación de un paciente con osteosarcomas puede tratarse de forma efectiva con un fármaco que se utiliza para el condrosarcoma. 

El ISPA fue uno de los primeros centros de España en desarrollar modelos 3D de sarcomas hace tres años y, desde entonces y hasta hoy, han avanzado sobre todo en técnicas de bioingeniería, reproduciendo a la perfección el material óseo a la perfección y permitiendo así que las células tumorales crezcan mejor. Los minitumores van desde el medio milímetro al medio centímetro y se tardan en producir «entre una y tres semanas». «Nosotros no manejamos los tiempos del servicio de un hospital, pero si tuviésemos el presupuesto y el personal necesario para ello tardaríamos cuatro o cinco semanas en culminar todo el proceso. Es decir, desde el estudio de ese tumor específico hasta comprobar qué terapias son las más eficaces», comenta René Rodríguez. 

Los perros huelen el cáncer

Otra línea novedosa del grupo de Sarcomas y Terapias Experimentales del ISPA, formado por siete científicos con dedicación absoluta a este campo, es la detección temprana de los osteosarcomas mediante el olfato. «Sabemos que los tumores tienen un metabolismo alterado y eso hace que desprendan sustancias volátiles olorosas, que pueden ser detectadas en fluidos, como la saliva y la sangre», detalla Rodríguez. En 2022, y con ayuda de dos perros de la asociación Canvida Detección, de nombre «Nai» y «Roy», lograron identificar con éxito estos compuestos específicos en la saliva de pacientes. 

«Los perros tienen un sistema olfativo que mejora en algunos casos al método analítico más potente, así que entrenamos a dos mascotas en muestras tumorales y los resultados fueron impresionantes», asegura. Ahora toca dar nuevas nuevos pasos: identificar qué olores especiales detectaron «Noi» y «Roy» con su potente olfato, y desarrollar una nariz electrónica que imite a los perros en el ámbito clínico. «Igualmente, seguiremos entrenando a los canes», apunta. 

En el campo de los sarcomas, el ISPA también tiene otras líneas de investigación en marcha, como el estudio molecular de los tumores para caracterizar las subpoblaciones más agresivas que producen las recaídas y la metástasis, y la nanotecnología. Sobre esto último, René Rodríguez explica que ya han hecho avances importantes en fármacos que eran muy útiles en tumores y, sin embargo, muy tóxicos. «Mediante su encapsulamientos en nanopartículas hemos logrado que los fármacos sean más efectivos, porque pasan más tiempo en el torrente sanguíneo, a la vez que son más seguros, al acumularse en los tumores y no en otros tejidos», remata el líder del laboratorio. 

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