Las claves del volantazo de Barbón en su gobierno: "errores", una "superconsejería" y los perfiles de los designados

Vanessa Gutiérrez será consejera de Derechos Sociales, Cultura, Política Llingüística y Deporte y releva a Melania Álvarez, que pone rumbo al Senado

El Presidente, que enmienda la configuración del Ejecutivo en solo medio año, ficha al exjefe de gabinete de Bolaños como acercamiento a Madrid

Las claves del volantazo de Barbón en su gobierno: "errores", una "superconsejería" y los perfiles de los designados

Las claves del volantazo de Barbón en su gobierno: "errores", una "superconsejería" y los perfiles de los designados

Xuan Fernández / M. G. Salas / M. P.

Volantazo en el Gobierno del Principado solo seis meses después de su formación. Adrián Barbón anunció ayer tres movimientos claves tras reconocer "errores y disfunciones" en su equipo. Por un lado, el Presidente releva a Melania Álvarez, consejera de Derechos Sociales y Bienestar y antigua portavoz, que será la nueva senadora por designación autonómica en sustitución de Enrique Fernández, ya al frente de Hunosa. Por otro, "asciende" a Vanessa Gutiérrez, hasta ahora viceconsejera de Cultura y Deporte, a consejera de un nuevo departamento: Derechos Sociales, Cultura, Política Lingüística y Deportes. Gutiérrez será una especie de "superconsejera", al ocupar el cargo dentro del Gabinete con más competencias. Con un perfil muy asturianista, seguirá con las áreas que ya llevaba y asumirá las de Melania Álvarez. A pesar de esta elevada carga, Barbón aseguró ayer que "puede encajar".

La lectura en clave interna es clara: Cultura y Deporte, áreas subsumidas al empezar la legislatura en las competencias de Barbón, tendrán ahora rango de consejería, algo que se venía reclamando desde la oposición y desde varios sectores, especialmente, los asturianistas, al estar la llingua relegada a una viceconsejería. El Presidente da una vuelta más en la configuración que hizo en verano, aunque también apuntó al PP, acusándolo de "mala praxis" debido a, según dijo, no reconocer como interlocutora válida a Gutiérrez en "conferencias sectoriales".

El giro de Barbón, el primero de la legislatura, se completa con el fichaje de Rafael Oñate, que fue director de gabinete de Félix Bolaños –actual ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes– en la anterior legislatura, cuando la mano derecha de Pedro Sánchez gestionababa Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. Oñate, un gestor con una larga experiencia en el PSOE, será el nuevo director adjunto al gabinete de Presidencia, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Su labor se centrará en coordinar las relaciones del Principado con el Gobierno central, además de otras instituciones.

"Uno tiene que aprender y asumir los errores. Si me permiten la expresión, quizá como director de orquesta uno tiene que ver cuando, en la estructura, algo que hace con buena voluntad quizá no tiene los efectos que desea", dijo Barbón en la sede de la Federación Socialista Asturiana (FSA), donde anunció los cambios del Gobierno después de la ejecutiva autonómica del partido. "Lo hago aquí (comunicar los cambios del Principado en un espacio del partido), porque no me daba tiempo a bajar a Presidencia y anunciarlos, después de decírselos a la comisión ejecutiva autonómica", justificó el Presidente y secretario general de la FSA, que esta mañana volverá a explicar los movimientos, esta vez sí, desde la sede de la Presidencia autonómica de la ovetense calle Suárez de la Riva.

El cambio en el Gobierno es de calado y además fue por sorpresa, porque así lo preparó Barbon. Y llama más aún la atención si se retrocede en el tiempo solo unos días. El viernes, el Gobierno autonómico publicó en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) una primera reestructuración firmada el martes en la que dejaba en manos de la Consejería de Presidencia las contrataciones de la viceconsejería de Cultura, que ocupaba hasta ahora Vanessa Gutiérrez, la nueva consejera. Esos cambios fueron muy criticados por el PP. Pocos días después, Barbón ha dado un paso más, ascendiendo a Gutiérrez, que ya no dependerá de Presidencia. "Eso ya no lo podrán criticar", aseveró el presidente del Ejecutivo autonómico durante su intervención de ayer tras la reunión de su núcleo duro.

Todos los cambios, además, se explican desde la promesa del propio Presidente de no tener un Gobierno de más de diez consejerías, lo que le limita para repartir las diferentes funciones. El movimiento, según varias fuentes, se empezó a perfilar con la marcha del Senado de Enrique Fernández rumbo a Hunosa y se activó el pasado viernes, en Pola de Somiedo, durante el consejo de Gobierno. Barbón buscó un perfil para sustituir a Fernández y pensó que un miembro de su Gobierno sería lo más adecuado, para recalcar la importancia del Senado como órgano territorial.

Barbón y el resto de la Comisión Ejecutiva Autonómica de la FSA-PSOE, durante su reunión.

Barbón y el resto de la Comisión Ejecutiva Autonómica de la FSA-PSOE, durante su reunión. / EFE

Un día antes, el jueves, el Presidente le había propuesto a Melania Álvarez ir a la Cámara Alta. Ella le respondió que "sí" en un aparte en Somiedo. Una vez que la respuesta fue afirmativa, el sábado se abordó la reestructuración con total sigilo: fue entonces cuando Barbón llamó Gutiérrez. La todavía viceconsejera estaba teniendo dificultades para desarrollar sus tareas al no tener rango de consejera, así que el presidente regional vio una oportunidad para solventar ese problema.

Además, una vez decidido que Álvarez iba a salir del Gobierno, el presidente quería que su sustituta fuera una mujer de acuerdo a sus postulados sobre un gobierno paritario. El líder del Ejecutivo no contempló ampliar consejerías, lo que probablemente habría propiciado que IU pidiera asumir otra (solo tiene una). Fue la vicepresidenta, Gimena Llamedo, la que comunicó los cambios a Ovidio Zapico, líder y consejero de IU, ayer, un cuarto de hora antes de la Ejecutiva de la FSA.

Barbón no rehuyó la autocrítica al explicar los cambios, aunque también cargó contra el PP. "Cuando me llevé las competencias (de Cultura) lo hice con la mejor de las voluntades. Luego vi que había sectores muy críticos con eso, pero además también vi mala praxis en determinadas situaciones, cuando se impedía participar a Vanessa Gutiérrez por ser viceconsejera. Recogí el sentir de tanta gente que me lo trasladó (dar rango de consejería a Cultura), es mi responsabilidad", aseveró Barbón, que habló maravillas tanto de Gutiérrez como de Álvarez: "Han hecho y hacen un gran trabajo".

[object Object]

Vanessa Gutiérrez, que empezó como jefa de gabinete, asume ahora un macrodepartamento con gran peso político

De miniconsejera a macroconsejera. Ana Vanessa Gutiérrez, graduada en Derecho, escritora, defensora de la llingua y con experiencia en comunicación, será la nueva mujer fuerte del Gobierno de Adrián Barbón, tras anunciar ayer que la elevará a consejera de Derechos Sociales, Cultura, Política Lingüística y Deportes. Esta mierense, natural de Urbiés, dejará de ser viceconsejera –hasta ahora su área estaba adscrita a Presidencia– para dirigir un enorme departamento –al estilo del de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo– al que sumará las competencias de Derechos Sociales y Bienestar. Esta cartera la llevaba, ya desde la legislatura pasada, Melania Álvarez, que será senadora. 

Gutiérrez tiene un gran reto por delante. Por un lado, asume dos áreas que a priori nada tienen que ver, y por otro, la consejería de Derechos Sociales siempre ha estado envuelta en polémica. Es un hueso duro. De hecho, la plantilla del ERA (las residencias públicas de mayores de Asturias) dio a Melania Álvarez un otoño caliente con huelgas, encierros y reivindicaciones. Y las tensiones continúan. La nota dulce la pone el futuro centro especializado en enfermos de ELA, que estará listo a mediados de 2026 y que la semana pasada recibió la bendición del ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, en su visita a Asturias. 

El matrimonio Cultura-Derechos Sociales, ahora bajo una misma Consejería, ha venido forzado por las circunstancias. Adrián Barbón tuvo en julio que dejar en un área, bajo el ala de Presidencia, las competencias de Cultura, Política Lingüística y Deportes para respetar su empeño de no aumentar el número de consejerías –tras encajar la de IU– y dejarlas en diez. «Dada la deriva de involución, me parece importante que dependa de la Presidencia todo lo que ha de ver con Cultura y Política Lingüística», justificó entonces y colocó al frente a una persona de «máxima confianza». Esa era Vanessa Gutiérrez, que en el pasado mandato, fue jefa de gabinete de la consejera Berta Piñán. 

Su carrera política en poco más de cinco años ha sido, por tanto, meteórica. Gutiérrez tiene a su favor que está muy bien valorada en el sector cultural y cuenta con buena imagen en la casa, en el PSOE. De ahí, su ascenso, precipitado por la marcha de Melania Álvarez al Senado, y la necesidad de devolver a Cultura la categoría de Consejería, como tenía en la pasada legislatura. Tras expresar una sorpresa inicial, los colectivos culturales y lingüísticos restaron, no obstante, en julio importancia a la supresión de una cartera específica y valoraron la decisión de depender directamente del Presidente de «audaz». Gutiérrez, que defiende «una política cultural y lingüística que sea transversal al resto de departamentos del Ejecutivo», gestionará ahora un presupuesto de más de 600 millones de euros. A los 60,5 millones que tenía en Cultura suma 545 de Derechos Sociales. 

La mierense, de 43 años, es un rostro nuevo en la política regional. De 2019 a 2023 estuvo a la sombra de Berta Piñán, y en los últimos meses también ocupó un segundo plano, aunque ya como viceconsejera. Ahora asume un papel protagonista en el Ejecutivo de Barbón. Vanessa Gutiérrez es graduada en Derecho por la Universidad Internacional de La Rioja, aunque luego se especializó en comunicación y gestión cultural. Hizo tres postgrados: en comunicación de crisis y habilidades directivas, en campañas electorales y en gestión cultural. Antes de llegar al Gobierno, fue jefa de gabinete y asesora del Rectorado de Santiago García Granda en la Universidad de Oviedo. También presentadora y guionista de varios programas en RTPA, como «Nel cantu la memoria», «Ente toos», «Batura» o «Pieces». 

Estos títulos ya revelan una de sus principales reivindicaciones: la llingua. Es una firme defensora de la lengua autonómica. De hecho, tiene hasta doce publicaciones en asturiano, tres de ellas premiadas. Gutiérrez obtuvo dos veces el Teodoro Cuesta, convirtiéndose en 2004 en la escritora más joven en conseguirlo (con 23 años), y el Máximo Fuertes Acevedo de Ensayo (2016). También tiene experiencia en medios de comunicación, en los que ejerció de redactora. 

[object Object]

Rafael Oñate, exjefe del gabinete de Bolaños, conoce Ferraz y Moncloa

Rafael Oñate Molina, murciano de Cehegín (1986), viene a hacer de puente entre Asturias y Madrid. En el equipaje del exdirector del gabinete del ministro Félix Bolaños vienen, dicen, su experiencia y sus relaciones con los ministros del gobierno como bagaje para el ejercicio de una función de nueva creación en el organigrama de la presidencia del Principado. Será director adjunto al gabinete, con el encargo de fortalecer los vínculos con otras instituciones y el aval de una trayectoria como "hombre de partido" que fue secretario general de Juventudes Socialistas en su pueblo, trabajó en la gerencia del PSOE en Ferraz y ha acompañado a Bolaños desde que ingresó en el Gobierno como secretario general de la presidencia. Cursó estudios de Arquitectura Técnica y Comunicación y en noviembre, apenas cinco meses después de contraer matrimonio con el alcalde de Cudillero, Carlos Valle, cesó en su cargo en el Ministerio por motivos personales.

[object Object]

Melania Álvarez cambia cuatro años y medio frenéticos y complejos por el Senado

Melania Álvarez García (Carreño, 1979) no ha tenido encargos fáciles. La hasta ahora consejera de Derechos Sociales y Bienestar sobrevivió a los cambios del tránsito entre el primer y el segundo gabinete de Adrián Barbón después de un mandato sin concesiones. La que será senadora por designación autonómica viene de añadir a los cometidos de una consejería muy compleja, y extremadamente sensible, la portavocía del Gobierno de la pandemia, y de ver crecer y multiplicarse los problemas. Cuando cambió la legislatura, y con ella todas las carteras del gobierno menos cuatro, ella fue una de las que mantuvo el puesto contra los vientos y las mareas de una batalla contra la burocracia, entre otras, que le trajo no pocos dolores de cabeza. Pasó por la transición del salario social básico al ingreso mínimo vital, presumió del plan de choque para rebajar las listas de espera de la dependencia y soportó, entre otras pancartas y consignas, las protestas de los afectados por la demora en el pago de las ayudas al alquiler, rescoldo de aquella guerra contra los enredos del papeleo.

 Pueden entenderse su ascenso a la política nacional, y su estreno de escaño en el Senado, y su cambio del poder ejecutivo al legislativo como una tregua de responsabilidades distintas después de cuatro años y medio frenéticos, marcados por una agitación sin apenas pausa. Estrenó esta legislatura, adelgazada su Consejería sin las competencias de vivienda ni las valoraciones de la dependencia, desposeída ella de la portavocía del Ejecutivo, con un encierro de las trabajadoras de los geriátricos públicos y la primera petición de dimisión de la oposición le llegó en diciembre. Culmina en el Senado, de momento, la carrera de una politóloga, con licenciatura en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad de Santiago de Compostela, que antes que senadora y consejera fue concejala en el Ayuntamiento de Carreño (2007-2011) y directora general de Participación Ciudadana (2015-2018).

Suscríbete para seguir leyendo