Alu Ibérica, optimista ante el pleito que podría añadir a su deuda 30 millones más

La venta de los activos de la compañía a la avilesina Windar es ajena a la reclamación en el Tribunal de Comercio de Luxemburgo de un proveedor de David Domenech

Estado que presentan las instalaciones de Alu Ibérica.

Estado que presentan las instalaciones de Alu Ibérica. / MARA VILLAMUZA

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Los administradores concursales de la empresa Alu Ibérica –la antigua Alcoa– se muestran relativamente optimistas sobre el pleito abierto por la empresa Traxys Group en el Tribunal de Comercio de Luxemburgo. Este antiguo proveedor de la aluminera de San Balandrán reclama a la empresa en quiebra técnica treinta millones de euros en concepto de daños y perjuicios por no haber cumplido el contrato –suscrito en 2020– que habían sellado con los propietarios de la compañía aluminera que fueron retirados de la gestión de la compañía por orden judicial en el verano de 2021.

El optimismo se materializa en una defensa bien armada ante la vista señalada para el próximo 11 de octubre en la capital del gran ducado centroeuropeo (la primera vista había sido señalada este marzo pasado), pero el optimismo no es infalible: en caso de perder el juicio, el problema con que se van a encontrar los administradores concursales es un incremento de la deuda (Traxys valora sus daños y perjuicios en 30 millones, si bien esa no tiene que ser la cifra final). Y este incremento de la deuda tiene una relación consecuente: que Traxys se sume a lista de acreedores de la empresa que adquirió David Domenech –operación que está sub iudice en la Audiencia Nacional–. Esta incorporación a la lista de acreedores conlleva una reducción de los porcentajes a cobrar por el resto de los acreedores generados durante el período de gestión de Domenech, su antigua socia –Alexandra Camacho– y el presunto testaferro de ambos –Luis Losada–.

En todo caso, el resultado del juicio de los 30 millones está al margen del proceso de venta de las instalaciones de San Balandrán porque lo que los administradores concursales han determinado vender es la propia fábrica, operación que está a expensas de la concesión pública de suelo por parte de la Autoridad Portuaria de Avilés. O sea, que los administradores concursales han acordado con Windar Renovables vender sus activos, no sus deudas.

Lo previsto es que se materialice la venta de la fábrica antes del próximo 31 de diciembre (esa es la fecha que han puesto los administradores concursales). Para entonces tiene que estar atendida la reclamación de Windar Renovables de gestionar el suelo que el Puerto quitó a Alu Ibérica cuando los dueños de la fábrica –los investigados por descapitalizarla– dejaron de pagar los correspondientes cánones. Según ha podido saber, esta resolución podría ser una realidad para el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Avilés prevista para octubre. En todo caso, estará lista cuando llegue la reunión de noviembre.

Los administradores concursales tenían tres problemas que resolver cuando aceptaron el mandamiento del juzgado de lo Mercantil de Oviedo encargado de vigilar el proceso de quiebra de la fábrica: vender la fábrica, contribuir a que los últimos trabajadores de la fábrica cobren sus indemnizaciones correspondientes y, por último, colocar el poblado de la Endasa. Con el preacuerdo con Windar Renovables estos tres problemas están solventados.

Lo que le queda a los administradores ahora es satisfacer el mayor porcentaje de la deuda de la multitud de acreedores que generaron los dueños actuales de una empresa, todos ellos, investigados, entre otras cosas, por insolvencia punible, apropiación indebida, estafa agravada y pertenencia a grupo criminal.

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