Pote y frixuelos reivindicativos: el menú de Antroxu triunfa en los restaurantes de Avilés

"El Carnaval hay que disfrazarlo así", confiesan los comensales

Por la izquierda, María Elena Crisdo, Pepa Vallina, Julia Gutiérrez, Marisa García y Mercedes Arias, con la fuente de Pedro Menéndez. A la derecha, María José Pical, Amaya Crespo y José Hernández, en la imagen superior, y María Quiles y Daniel Herrero con su hijo Martín. | Luisma Murias

Por la izquierda, María Elena Crisdo, Pepa Vallina, Julia Gutiérrez, Marisa García y Mercedes Arias, con la fuente de Pedro Menéndez. A la derecha, María José Pical, Amaya Crespo y José Hernández, en la imagen superior, y María Quiles y Daniel Herrero con su hijo Martín. | Luisma Murias / Noé Menéndez

Noé Menéndez

Noé Menéndez

"El Antroxu está para disfrutarlo y disfrazarse, para que valga la gente tiene que participar". Los restaurantes de Avilés se llenaron ayer por el Antroxu. No era para menos. En los menús solo había manjares: longaniza, pote, callos, frixuelos... La excusa era perfecta para ponerse las mejores galas y salir a disfrutar de las fiestas.

Pote y frixuelos reivindicativos

Pote y frixuelos reivindicativos / Noé Menéndez

"Aquí viene mucha gente a probar el menú. Hoy calculamos que vamos a dar 150 raciones", explica José Hernández, chef de Casa Lin, a un ritmo frenético en la cocina. "Nosotros procuramos mantener la receta tradicional, para que sepa como el de las abuelas", explica el cocinero, que trabaja codo con codo con Amaya Crespo y María José Pical, que no paran de sacar platos. "De normal siempre estamos hasta arriba, pero estos días se nota especialmente", confirman. Fuera esperaban María Quiles, Martín Herrero y Daniel Herrero, que habían salido a celebrar el 66.º cumpleaños de la abuela de la familia. "No pudimos disfrutar del Antroxu, porque estábamos malos y nos tuvimos que quedar en casa, pero hoy había que salir", comentan. Quiles, cuando vio el menú del Antroxu, no lo dudó. "Es algo que me gusta y, aprovechando la ocasión, lo pedí", confiesa.

Pote y frixuelos reivindicativos

Pote y frixuelos reivindicativos / Noé Menéndez

En Casa Marisa cumplen con el Antroxu en todas sus expresiones. No solo por el menú, sino que sus comensales se sientan a la mesa disfrazados. "Todos los años nos disfrazamos. Alguna vez fui de Marilyn Monroe o de torero, voy cambiando", revela Mercedes Arias, que lucía un disfraz de obrero que pasea la fuente de la plaza Pedro Menéndez. "Mira que ha quedado guapa donde está, pero trasladarla costó un dineral", lamenta la avilesina. Junto a ella estaba sentada María Elena Crisdo, con un traje de sevillana. "¿Qué gracia tiene el Antroxu si no estás disfrazado?", apunta.

Unos metros más atrás degustaban unos callos Pilar Quiñones y Lorenzo Peleteiro. "Hay que ir de folixa en folixa, no podíamos perder la ocasión de salir hoy", señaló la pareja, en su estreno en el restaurante. "Ahora tendremos que dar un paseo para bajar la fartura", bromeaban. Ayer no había espuma ni música, pero el Antroxu seguía latiendo con fuerza en Avilés.

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