Las mujeres sordas se reúnen en Avilés para ser "ciudadanas presentes"

La psicóloga Aleluya Peña impartió una charla en la que destacó algunas dificultades cotidianas como el acceso a la información

El acceso a los servicios sanitarios, jurídicos o administrativos suelen ser motivo de queja y de reclamaciones de mejora por la sociedad. Sin embargo, para las personas sordas, las trabas existentes dificultan aún más que puedan acceder a ellos. Por ello, y con motivo del Día Internacional de la Mujer el pasado 8 de marzo, el Palacio de Valdecarzana de Avilés acogió ayer un acto organizado por la Federación de Personas Sordas del Principado de Asturias (Fesopras) al que asistieron decenas de mujeres para compartir sus experiencias y vivencias en un "espacio seguro".

Paula Fernández, presidenta de Fesopras, explicó que existen situaciones en las que aún se nota discriminación, por lo que no son accesibles para las personas sordas en general y para las mujeres del colectivo en particular. En ese sentido, Fernández señaló el ámbito sanitario como un punto "con muchas barreras" que requiere aplicar políticas de igualdad. La complejidad se agrava cuando se trata de salud mental. "Los servicios psicológicos no son conscientes de la situación de las mujeres sordas. Explican y expresan sus sentimientos pero no se les entiende", denunció la presidenta de Fesopras.

La psicóloga y sexóloga Aleluya Peña impartió una charla durante el encuentro, en el que como mujer sorda, destacó que se trataba de una "oportunidad" para que las asistentes pudiesen recibir la información "de forma directa" en lenguaje de signos. Y es que el acceso a la información, declaró Peña, es otra gran barrera para estas personas. "Necesitan información para reflexionar y poder tener un pensamiento crítico", destacó la psicóloga, que señaló la ausencia de lenguaje de signos y de subtitulación de calidad en los medios de comunicación.

Durante el encuentro, que se alargó durante la jornada con un taller de sexualidad a cargo de la propia Peña, también se procedió a la lectura de un manifiesto que reivindicó la implantación de políticas públicas que "allanen" el camino de las personas sordas para ser ciudadanas "presentes" en la vida cotidiana.

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