Los mejores momentos de la Semana Santa de Avilés: el álbum de fotos que no te debes perder

La parafernalia cofrade, los rituales de las procesiones y las imágenes de Vírgenes, Cristos y santos alimentan una escenografía cada año más rica y variopinta

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Debajo de cada capirote hay una historia y cada centímetro cuadrado de los pasos que estos días salen a las calles avilesinas o se protegen de la inoportuna lluvia en un soportal alimenta la fe de los creyentes en el dios cristiano, que viven la Semana Santa con una mezcla de pesadumbre por revivir la crucifixión de Cristo, alborozo por el anuncio de la próxima resurrección y orgullo de poder plasmar en las procesiones una devoción transmitida en sucesivas generaciones.

En la Semana Santa de Avilés, lo religioso se mezcla con lo popular y lo divino con lo profano; siempre sin aspereza y dentro de un marco de respeto mutuo que lo mismo permite estar planeando las próximas novedades procesionales que el salto a la categoría de Fiesta de Interés Turístico Nacional.

El auge del movimiento cofrade –ya son más de dos mil personas las que tienen ficha en las ocho cofradías avilesinas– convierte las procesiones en eventos multitudinarios y de una plástica subyugadora. No solo los artistas, como Favila, entre otros, han sucumbido a la tentación de plasmar en lienzos el colorido y expresividad de las escenas cofrades; también los fotógrafos de prensa, y en estas páginas hay un buen ejemplo, aportan su ojo bien entrenado para hacer arte a la vez que dejan constancia de la actualidad. Porque en cada escena de la Semana Santa hay multitud de cosas que ver.

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