Gijón, B. F.

Uno de los momentos más destacados de la vista celebrada ayer en la sala de lo penal número tres de Gijón fue la intervención del alcalde de Carreño, Ángel Riego, bajo cuyo mandato la ex concejala de seguridad y teniente de alcalde Áurea Gutiérrez dio la orden de que las multas de tráfico pasasen por su despacho, a la que sucedió la desaparición de muchas de ellas. Era un momento esperado por la polémica que suscitaron en Carreño unas declaraciones del regidor admitiendo que conocía las intenciones de la concejala y que las aprobaba. Riego repitió lo mismo ante la jueza: «Conocía la orden de Gutiérrez de revisar las multas, y la aprobaba». Y añadió: «La orden fue dada por Gutiérrez por el interés general de la población de Carreño». El Alcalde comentó que «nadie me dijo que fuese irregular, y consideraba que estaba en mis competencias». Tras la revisión, «Gutiérrez me dijo que las multas estaban conforme a ley», reconoció el edil carreñense, cuyo testimonio no fue el único recogido por la jueza, que llamó a declarar, asimismo, al ex concejal de URAS Joaquín Rodríguez, socio de gobierno en la etapa de 2007 a 2011. Este reafirmó la creencia de la Corporación municipal de que «había que tomar una medida por el incremento del número de multas».

Además, declararon un policía local, quien señaló que el incremento en el número de sanciones no se debió a una medida de presión por el conflicto laboral entre los agentes y el Ayuntamiento, sino a «que las condiciones del tráfico habían cambiado, con corte de calles y zonas de aparcamiento durante el verano». Finalmente, declaró la funcionaria encargada del departamento de sanciones, que confirmó las ordenes de Gutiérrez.