El cronista de Lugones, José Antonio Coppen, fue una de las primeras personas en desplazarse hasta el palacete de los Tartiere nada más se declaró el fuego. A su llegada, presenció la intervención de los bomberos y descubrió con dolor los daños que el fuego había causado. "Es una de las joyas del patrimonio de Lugones", sostiene Coppen, que en su libro "Lugones. Radiografía de mi pueblo" documenta la construcción del palacete. En la mañana de ayer, el propio Coppen habló con un miembro de la familia Tartiere, que, según el cronista, está muy afectada por el suceso.

Por su parte, algunos residentes en la zona señalan que meses atrás se produjeron entradas sin permiso de jóvenes en la finca del palacete, aunque en principio no hay indicios que apunten a una relación con el incendio.