Los cursos de extensión cultural organizados por el Ayuntamiento de Carreño dieron ayer su primer paso con la presentación y una primera lección práctica: la diferencia entre el deseo y la realidad, plasmada en la querencia de los alumnos por continuar con sus profesores del curso anterior y la cruda realidad de la nueva ley de contratos de las administraciones públicas, que deja en manos de un concurso público la designación del claustro.

La concejala de Educación, Cecilia Tascón, fue la encargada de llevar adelante una presentación que tenía como objetivo sacar de dudas a los alumnos respecto a horarios, materiales o lugares de impartición, aunque lo que realmente le tocó hacer fue intentar explicar los posibles cambios de docentes debidos a la entrada de empresas en la mayor parte de los casos. Tan sólo seis cursos mantendrán con seguridad la estructura del año pasado. Dos de ellos, por estar impartidos por personal fijo discontinuo del Ayuntamiento; otros dos, porque la oferta de la profesora anterior fue la mejor; uno más, porque al impartirlo de forma gratuita la profesora no hay competencia, y el sexto, debido a que lo imparte el telecentro municipal con su personal. Los once restantes cursos están a la espera de que la empresa ganadora en el concurso los designe.

"No se invita a personas físicas ni empresas a participar, como se hacía antes, sino que ahora se hace público el concurso y se presenta quien quiera", explicaba Tascón a los presentes, que protestaban: "no queremos al más barato, queremos al que sea bueno".

Entre las variadas protestas, las principales se referían a la idoneidad de los profesores: "Si no sabéis qué profesor viene, no conocéis su currículo", aseguraban, ante lo que se defendía la edil aludiendo a la responsabilidad de la empresa, que "tiene que ocuparse de que los profesores estén cualificados". Tascón aseguró a los asistentes: "hemos enviado a la empresa teléfonos y currículos de profesores de otros años y vamos a controlar la calidad de los cursos".

Los alumnos se fueron con las mismas dudas con que entraron al respecto y acusando de "dejadez" al Consistorio, ya que "no es admisible que el Ayuntamiento no sepa el viernes qué profesores empiezan el lunes, deberían saberlo quince días antes". Además, los afectados denunciaban la imposibilidad de recuperar el dinero abonado si no estaban conformes: "Hemos pagado y no nos van a devolver el dinero si no queremos seguir".