En marcha la construcción de una escollera en la zona de la carretera de Candás a Gijón afectada por un desprendimiento en enero

El Principado acometerá en breve la primera fase de los trabajos de renovación de la vía, adjudicados en 503.794

Una máquina, trabajando en la zona del desprendimiento.

Una máquina, trabajando en la zona del desprendimiento. / A. G.-O.

El Principado ha iniciado las labores para frenar el argayo que el pasado mes de enero obligó a cortar al tráfico rodado durante casi 24 horas la carretera AS-118 entre Candás y Gijón. Los operarios trabajan ya en la zona para construir una escollera que reduzca el riesgo de futuros desprendimientos y asegure la integridad de los cientos de usuarios que circulan a diario por la vía.

El argayo se produjo el pasado 16 de enero, cuando la región estaba siendo azotada por la borrasca "Fein". En un primer momento, tan solo se cortó el carril afectado por el desprendimiento, aunque con el paso de las horas acabó siendo necesario prohibir totalmente la circulación con el fin de que el personal del Servicio de Conservación de Carreteras pudiese realizar las labores de limpieza.

El tráfico volvió a recuperarse un día después, quedando la zona acotada y limitada por conos durante casi dos semanas. Una medida que fue muy criticada por los usuarios de la vía, quienes consideraban la señalización un riesgo, especialmente de noche, cuando la visibilidad es menor. Finalmente, de cara al inicio de las obras, se procedió a repintar los carriles con pintura amarilla.

El Principado iniciará también próximamente la primera fase de las obras de renovación de la carretera, adjudicadas por 503.794 euros a la empresa Alvargonzález Contratas. Los trabajos se centrarán en los últimos cuatro kilómetros, que son los que presentan un mayor desgaste. En concreto, se actuará en el tramo comprendido entre el punto kilométrico 7,2, en las inmediaciones de El Perecil, y la conexión con la glorieta cercana a Veriña.

El proyecto consiste en la aplicación de una nueva capa de rodadura de cinco centímetros de grosor y la renovación de la señalización en todo el tramo. Para ello, se extenderán casi ocho toneladas de aglomerado, que cubrirán una superficie aproximada de 62.000 metros cuadrados. Además, y con el objetivo de mejorar la funcionalidad y la seguridad de la vía, se instalará una nueva red de drenaje en el punto kilométrico 10+550.