Por fin "podemos mirar a la cara" al primer astur, de hace 2.000 años (y ya hacía algo que le convertía en 100% asturiano)

Investigadores reconstruyen el rostro de un antiguo habitante de la región gracias a unos restos hallados en Teverga, que confirman el consumo de sidra hace dos milenios

El primer rostro recreado de los antiguos astures.

El primer rostro recreado de los antiguos astures.

Hace dos mil años, los pobladores de Asturias consumían sidra de manzana. Así lo constata la investigación arqueológica llevada a cabo en una sima en la sierra de Sobia, en Teverga, donde se hallaron restos humanos datados en el siglo I y cuyos primeros resultados se presentaron este viernes en la Casa de Cultura del concejo. El sarro de los dientes de uno de los individuos encontrados en la gruta ha servido para determinar la dieta de estos astures. Un trozo de mandíbula gracias al cual también se ha podido recrear el rostro de estos primeros astures que vivían hace dos mil años.

“Hemos certificado la primera evidencia de consumo de sidra de manzana habitual y abundante, es darle dos mil años de historia a la sidra asturiana”, resumió el director de la investigación, el arqueólogo Alfonso Fanjul Peraza. El estudio del cálculo dental muestra también el consumo de una papilla de sémola de escanda hervida posiblemente en lácteos. 

“Las últimas comidas del individuo analizado antes de su muerte lo constituyen peras y arándanos silvestres ayudando a marcar su muerte en torno a octubre, único momento que ambos frutos conviven silvestres”, detalló. Además, las piezas dentales estaban muy desgastadas, con alguna pérdida y una caries en un molar que ratifica el consumo habitual de alcohol de este individuo. 

Investigadores durante la excavación de la sima donde se encontraron los restos en Teverga

Investigadores durante la excavación de la sima donde se encontraron los restos en Teverga

Es un hallazgo revolucionario que ha sido posible gracias a la colaboración de los profesores de la facultad de Biología de la Universidad de Oviedo María Ángeles Fernández Casado, Tomás Emilio Díaz González y Herminio Severiano Nava. La encargada de estudiar los cinco fragmentos de huesos hallados ha sido la bióloga Carmen Alonso Llamazares, quien concretó que uno de los restos de un individuo varón muestran “mucho desgaste en la inserción de los músculos, por ello sabemos que hacía una actividad física intensa”. 

También se halló un trozo de húmero perteneciente a una mujer con unas marcas longitudinales que muestran que padecía una enfermedad degenerativa o bien había recibido un fuerte traumatismo. Y el fragmento de cráneo, con dientes, es el que más resultados les ha dado. De hecho, gracias a este trozo de hueso de la cara, el ilustrador Iván Cuervo ha podido recrear cómo era la cara de este astur que habitaba en Teverga. “Podemos mirar a la cara a este primer asturiano, que es nuestra identidad al fin y al cabo”, afirmó el artista, quien detalló cómo realizó la reconstrucción facial.

Uno de los huesos hallados en Teverga

Uno de los huesos hallados en Teverga

Los hallazgos de esta campaña arqueológica son excepcionales. “Un bombazo”, dijo Fanjul, y es que tal y como avanzó, constatar el consumo de sidra de manzana hace dos mil años trasciende a la ciencia arqueológica y botánica como elemento significativo cultural. De hecho, el director general de Infraestructuras Rurales y Montes, Fernando Prendes, señaló en la presentación que este descubrimiento apoyará la candidatura de la cultura sidrera asturiana como patrimonio mundial inmaterial de la Unesco.

Al acto, que abarrotó la sala de conferencias, asistió también la alcaldesa tevergana, María Amor Álvarez Ardura, quien destacó el potencial de esta investigación arqueológica para el patrimonio municipal y su muestra al público. También acudió el responsable de Medio Rural de la Caja Rural de Asturias, Javier Nievas, que ha patrocinado la prospección.

La bióloga Carmen Alonso, el ilustrador Iván Cuervo, y el arqueólogo Alfonso Fanjul

La bióloga Carmen Alonso, el ilustrador Iván Cuervo, y el arqueólogo Alfonso Fanjul / Sara Arias

Los arqueólogos continuarán investigando y, según dijo Fanjul, el próximo año abordarán la excavación de la sima, ya que aún hay muchas dudas por resolver. Por el momento, en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela van a poder determinar si los individuos eran familia y su origen genético. Otra de las incógnitas por resolver es cómo acabaron en la sima.

Según explicó Fanjul, en el siglo I ya no se enterraba a los muertos en las cuevas, sino que se incineraban. De ahí que los investigadores planteen la posibilidad de que se trata de un crimen, ya que todo les hace indicar que fueron allí arrojados. Unos primeros pobladores de Asturias a los que gracias a la ciencia se les ha podido poner cara para poder mirar al primer asturiano a los ojos.