La irregularidad en las puntuaciones marca la primera preselección del Festival de la Sidra

El Festival de la Sidra de Nava, fiesta de Interés Turístico Nacional, comenzó ayer con la primera preselección del concurso de sidra natural. El jurado degustó dieciocho bebidas, de las treinta y siete presentadas en esta edición, en un llagar de Sorribes que se mantuvo en todo momento en completo silencio para no interferir con el trabajo de los profesionales.

Una a una, los cinco miembros del jurado fueron degustando las sidras escanciadas por Laura Ovín, de la sidrería La Barraca. Cada participante presenta una muestra de doce botellas. Estas son precintadas previamente por tres miembros de la organización, que asignan a cada una un número para velar por que la cata sea totalmente a ciegas. Nadie, excepto ellos, conoce la marca que está detrás. Solo importa su sabor, su color, aroma e incluso su forma de estallar sobre el vaso al escanciarla.

Para que una sidra pase el corte de los profesionales debe espalmar bien, tener buen pegue y aroma. "En esto último es en lo que estamos notando más la diferencia. Son aromas muy variables. Cuando la sidra te da un buen aroma, es difícil que no te dé un buen sabor", indicó el jurado durante el proceso. Este estuvo formado por Víctor Fernández, Gumersindo Martínez, Maximino Villarrica, Abraham Castellanos y Avelino Fuentes. Tres son elegidos por las empresas que se presentan al concurso, uno por el Ayuntamiento de Nava y otro por la Asociación de Lagareros. El objetivo es lograr un grupo "independiente", que valore las sidras con la máxima objetividad posible.

La preselección de ayer destacó por la irregularidad de las puntuaciones, muy elevadas en algunos casos, pero demasiado bajas en otros. "Hay sidras muy parejas, pero que no dan el nivel que esperábamos. Y eso que estamos en julio, cuando la sidra debería estar ya en su mejor punto", explicó Maximino Villarrica. En su opinión, una de las razones de esta irregularidad está "en que fue un año de poca cosecha por la vecería, y queramos o no eso se nota. Habrá manzana buena fuera, pero la de Asturias es fundamental para elaborar una bebida en condiciones".

Para él, la sidra debe ser "cariñosa en boca, pero al mismo tiempo tiene que tener unos amargos detrás. Tiene que tener otra potencia. La sidra no es un refresco, es una bebida refrescante. Tiene que tener unos fondos, un poco de amargo... Que esté compensada". Al final, "es una bebida muy nuestra y muy querida. Y ahora, por suerte, cada vez más reconocida a nivel nacional".

En la jornada de ayer se degustaron dieciocho sidras. El resto, diecinueve, serán valoradas en la preselección del jueves. En cada una de ellas se elegirán las seis mejores, que pasarán a disputar la semifinal que se celebrará el viernes a las 12.00 horas. En este caso se realizarán dos vueltas y se sumará la puntuación en cada una de ellas.

Las seis mejores disputarán la gran final del sábado, que se celebrará en los soportales del Ayuntamiento a partir de las 12.00 horas. En caso de lluvia se trasladará al llagar de Sorribes.

El concurso de sidra natural de Nava es uno de los más importantes de la región, junto con el de Villaviciosa. El año pasado el galardón recayó en Sidra Quelo, mientras que Viuda de Angelón resultó elegida como mejor sidra de Nava. En segundo lugar del certamen regional se posicionó Zythos, de Sidra Herminio, de Colloto; y en el tercero, Viuda de Angelón.

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