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Vicente Tercero, director de explotación de Aucalsa, lo confirma: «Hemos recibido reclamaciones de conductores porque la carretera tenía niebla y claro, es que los trabajadores de Aucalsa podemos hacer cosas, pero no luchar contra los elementos». Tercero, que explica que «el departamento de explotación que dirijo lleva todos los temas de la autopista, menos los administrativos» llegó al Huerna en 1976 para trabajar en la construcción de la infraestructura. «Me encargaba de la ejecución de los caminos de acceso y del replanteo». A tres meses de la jubilación, este cordobés con acento delatador explica que «la plantilla de Aucalsa ronda ahora las cien personas» y echa la vista atrás para apuntar que «hubo momentos, durante la construcción de la carretera, en los que estaban currando a la vez 2.500 personas».

Ángel Terán, el más joven de los tres «expertos», intercede: «La empresa nos había puesto coches, eran unos Ford Fiesta de color rojo. Un día, junto a las instalaciones de Aucalsa en la calle Valentín Masip, se habían juntado muchísimos de nuestros vehículos. Al día siguiente, el diario «Región» tituló: «Los rojos toman Oviedo. Era un espectáculo vernos». Terán, vecino de Oviedo y trabajador del departamento de mantenimiento de la autopista del Huerna, llegó a la empresa en 1977. Ahora, junto a sus doce compañeros de área, es uno de los responsables de que la vía esté en perfectas condiciones, que no haya quitamiedos rotos, que el firme esté limpio, que los conductores tengan un apoyo inmediato si les ocurre algo. «Desde que existe el 112 ya no nos llaman tanto», apunta Terán, que explica que, a menudo, su trabajo también consistió en ser medio psicólogo: «Varias veces tuvimos que sacar coches del túnel del Negrón porque los conductores nos habían alertado diciendo que tenía claustrofobia y no podían», señala. Terán habla mejor de los momentos agradables, los peores, los accidentes, los prefiere obviar con una mueca. «Es complicado», señala.

Los recuerdos lo ocupan todo estos días en Aucalsa. Hasta los de la jornada de apertura de la infraestructura. Terán, Tercero y García se ayudan unos a otros para recordar quiénes fueron los políticos que cortaron, aquel 11 de agosto de 1983, la cinta inaugural de una vía que se había fraguado a fuego lento, desde marzo de 1963. Al final concluyen: «El que estuvo seguro fue Julián Campo». Campo fue ministro de Obras Públicas y Urbanismo entre 1982 y 1985 en el primer gobierno socialista de Felipe González.

La mañana que se abrió, por fin, la autopista del Huerna al uso público no fue ni el principio ni el final de la ingente obra que iba a sustituir al infernal puerto de Pajares como principal salida de Asturias. Las gestiones comenzaron en los años sesenta y una de las últimas grandes actuaciones (la construcción de un segundo túnel del Negrón para dividir al tráfico según la dirección) se culminó en junio de 1997. Porque la autopista, casi como un ser vivo, ha ido creciendo y madurando. Incluso, de vez en cuando, tiene sus achaques y hay que cerrarla al tráfico rodado. «Sin contar las veces que la carretera es cortada por unas horas a causa de un accidente, lo normal es que el cierre de la vía tenga que ver con la ventisca, con un gran temporal», apunta Tercero. La nieve, si es sola y no va acompañada de viento, no se les resiste a los trabajadores de Aucalsa, Terán, como miembro del equipo de mantenimiento, se da por aludido y sonríe. Cambian muchas cosas y otras permanecen y es, en este punto del relato, cuando la polémica surge: casi todos los políticos con aspiraciones a un cargo han prometido en Asturias la supresión del peaje del Huerna. El último de ellos ha sido el actual presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. En la campaña de 2004, el político leonés -entonces candidato del PSOE a la Presidencia- aseguró que llevaría a cabo la supresión del peaje. No ha sido así (aunque se aplicaron dos reducciones parciales) y parece que, por lo pronto, no lo será, ya que la concesión de explotación de Aucalsa tiene validez hasta octubre de 2050.

«Hay personas que ponen reclamaciones porque se encuentran niebla en la vía»

<Vicente Tercero >

Director dep. explotación

«Tuve que sacar algún coche del Negrón porque el conductor tenía claustrofobia»

<Ángel Terán >

Operario de mantenimiento

«De madrugada un hombre paró en el peaje porque había visto un cerdo negro»

Víctor León García Responsable de peaje

En marzo de 1963, el presidente de la Diputación Provincial y el gobernador civil de Asturias exponen ante el Ministerio la necesidad de elaborar un proyecto sobre una autopista de peaje entre la región y la Meseta. Nueve meses más tarde, en diciembre de 1963, el Gobierno autoriza la contratación del estudio. Desde entonces y hasta mediados de los setenta hubo una gran controversia sobre si el trazado debía discurrir por el valle del río Pajares o por el Huerna, y finalmente se optó por la segunda opción.

1975, las obras

La aprobación técnica del anteproyecto, en junio de 1974, pone el punto de salida a la construcción de la autopista del Huerna. En diciembre de 1975 se constituyó formalmente la empresa Aucalsa. Medio año después comenzaron las obras. Los trabajos no siempre tuvieron «buena salud». Entre 1977 y 1981 las dificultades financieras ralentizaron el ritmo de ejecución. El Gobierno de Felipe González aumentó, en 1982, el aval del Estado y se fijó como fecha límite de apertura el 31 de agosto de 1983. La primera fase de la autopista estuvo activa veinte días antes, el 11 de agosto.

1985-1997, las mejoras

La mejora de la infraestructura ha sido una preocupación constante. En 1985 se impulsó el desdoblamiento de 21 kilómetros de calzada que incluyeron el segundo túnel de Cosera, dos años después se abrió al tráfico la segunda fase de la vía (entre Barrios de Luna y el enlace de La Magdalena). Otros túneles se fueron abriendo en meses y años sucesivos (Entreguerres, Oblanca, Pando y Vegaviesga). En junio de 1997 se culminó uno de los últimos grandes avances de la autopista: el segundo túnel del Negrón.

Curiosidades

La AP-66 cuenta con siete túneles que alcanzan una longitud de 16,927 metros, representando el diez por ciento aproximadamente del total del recorrido. El viaducto, del ingeniero Carlos Fernández Casado, sobre el embalse de Barrios de Luna es un atirantado y cuenta con 440 metros de luz. La concesión de Aucalsa finalizará el 17 de octubre de 2050.