Aníbal Vázquez logró en 2011 llevar a una por entonces decaída IU a la Alcaldía de Mieres. Cuatro años después, en 2015, su candidatura obtuvo una holgada mayoría absoluta. Durante meses en la coalición esperaron inquietos a que el regidor se pronunciase sobre su continuidad. Finalmente, aceptó afrontar el reto de un tercer mandato. En privado, hasta los rivales políticos dan casi por hecho una nueva victoria de IU. Aníbal Vázquez, aunque no lo diga por prudencia, habla sobre el futuro desde el convencimiento de que seguirá en el cargo.
- ¿Cuándo decidió que volvería a presentarse?
-Nunca estuve cerrado a buscar un tercer mandato, pero he tenido muchas dudas. La política te obliga a asumir muchas renuncias personales y hay que valorarlo todo. Todos estamos de paso. La verdad es que hasta hace unos dos meses y medio no me decidí.
- Hace cuatro años se escuchó que se presentaba para dejar a IU en el gobierno y luego marcharse. Ahora vuelven los rumores. ¿Qué tiene que decir sobre esto?
-Mi intención es seguir hasta el último día. Considero que tengo firmado un contrato con los mierenses y mi obligación es cumplirlo. Si me presento es para ir hasta el final, siempre que sea posible.
-¿Será su despedida de la política?
-En la vida hay que ser prudente y no hay que ser tajante antes de tiempo. No obstante, esa es mi intención.
-¿Le ha molestado que antiguos compañeros de partido, estrechos colaboradores suyos, se hayan embarcado en un proyecto político independiente de cara a las municipales?
-Cada cual es libre de tomar su propio camino. Sobre eso no tengo nada que decir.
-¿Tras dos mandatos definidos por el ahorro, ha llegado ya el tiempo de la inversión?
-Sí, se puede decir así. Estos años hemos tenido que amortizar la pesada deuda municipal. El esfuerzo de todos ha dado sus frutos y ahora el Ayuntamiento tienen vigor económico. El próximo gobierno no se encontrará con cinco mil facturas sin pagar en los cajones. Al contrario, tendrá un Ayuntamiento saneado y con pulmón financiero para poder acometer los proyectos que necesita el municipio. De hecho, estos últimos meses hemos licitado actuaciones por valor de 3 millones de euros. Estamos transformando la ciudad, con nuevos aparcamientos, un parque y la recuperación de 30.000 metros cuadrado de suelo urbano que estaba en desuso.
-Se le ha escuchado decir que es el momento de mirar a largo plazo. ¿Podría ser más concreto y explicar esa expresión?
-Necesitamos dejar de pensar a corto plazo. Lo urgente se ha superado en buena parte y es momento de centrarse en lo importante. Hay que proyectar Mieres hasta 2030 y planificar lo que se quiere conseguir. Para ello, no obstante, es necesario generar un gran consenso. Queremos que profesionales como arquitectos, empresarios y la propia Universidad se sumen a un proyecto de largo alcance.
-¿Sobre qué ejes piensa trabajar en este proyecto a largo plazo?
-Principalmente sobre tres: la crisis demográfica, el empleo y el modelo territorial. Tenemos que mirarnos en otros enclaves europeos que han logrado salvar un proceso similar al nuestro de declive industrial.
-¿Por ejemplo?
-Pues hay muchos. Por no ir muy lejos, puede servir de referencia la recuperación de la ría de Bilbao. Marcando las diferencias, hay que trabajar en esa dirección. Debemos logra transformar nuestros espacios degradados para convertirlos en contenedores de actividad. Tenemos que ser capaces de retener el talento.
-Hasta ahora los avances en esa dirección no han sido destacados. ¿Aún se puede ser optimista?
-Lo que no podemos es ponernos de perfil y resignarnos. El polígono de Reicastro no puede seguir vacío y las naves cerradas de La Cuadriella deben recuperar la actividad. Hay que convocar a los empresarios y escuchar las propuestas que tienen. Está claro de Mieres no volverá a tener 70.000 habitantes, pero hay que cortar esta hemorragia demográfica.
-Habla de evitar ponerse de perfil. Lleva dos mandatos quejándose de que esa es la postura que adoptan el resto de administraciones con el municipio Mieres. ¿Qué espera en este sentido?
-Ha faltado compromiso con Mieres, eso es una evidencia. Está claro que Mieres necesita el apoyo del Principado y del Gobierno central para construir un futuro próspero.
-¿El campus puede ser un ejemplo de esa falta de compromiso que denuncia?
-Puede servir como ejemplo. Que el grado de Deportes acabe en Barredo es, sobre todo, una cuestión de justicia. La Universidad debe tratar por igual a sus tres campus. Mieres no tienen intención de compartir el grado de Deportes con Gijón ni con nadie. Eso debe quedar muy claro.
-Volvamos a la demografía. ¿Qué se pude hacer para frenar la caída de población?
-Necesitamos desarrollar un modelo territorial. En 2011 había en el concejo más de cuatro mil viviendas vacías. Es necesario que arbitremos algún tipo de concierto para facilitar los alquileres a precios asequibles. También hay que avanzar en la rehabilitación de viviendas, campo en el que además se puede genera empleo. Hay que acceder a planes de ayudas públicas que permitan trabajar en esa dirección. Nuestra ubicación es privilegiada y permite poder vivir en Mieres aunque tengas el trabajo en Oviedo o Gijón.
-La caída de población va acompañada de un rápido envejecimiento?
-Mieres pierde población, pero al tiempo los habitantes que permanecen en el concejo con cada más viejos. La mitad de nuestros vecinos tienen más de cincuenta años . Necesitamos mejores servicios sanitarios y asistenciales. Además también hay que potenciar el servicio de telasistencia. Todo ello, no obstante sin olvidarnos del futuro, de los jóvenes y los niños. Necesitamos, por ejemplo, más plazas de escuela para bebés.
-¿Se presta en Mieres suficiente atención al sector servicios?
-Ayudar a los autónomos, al pequeño comercio y la hostelería local será una prioridad. Para ello reforzaremos la promoción de Mieres, nuestra gastronomía es la mejor tarjeta de visita pero también lugares emblemáticos como Requejo o la importante actividad que se genera en torno a la calle de los vinos. Contamos con establecimientos de gran calidad que dan una gran imagen de la ciudad.
