Baíña y Cardeo ya tienen nuevos accesos, pero el enlace de Fábrica se retrasa
La obra en el peligroso nudo del polígono industrial de Mieres permanece paralizada por su incidencia sobre redes subterráneas como el cable
La circulación por la vieja carretera nacional de Castilla (N-630), entre Baíña y Mieres, lleva desde hace cinco meses sometida a una sucesión de obras, con abundante señalización que restringe la velocidad en varios puntos hasta los 40 kilómetros por hora. Tras más de una década de espera, los trabajos de mejora de los enlaces de Baíña, Cardeo y Fábrica de Mieres están ya casi culminados en los dos primeros nudos. Por contra, las labores en los accesos a Fábrica se han suspendido temporalmente debido a la incidencia sobre redes subterráneas como el cable de fibra óptica. De momento no hay fecha para la reanudación de las obras, cuya paralización ha dejado el peligroso cruce en un estado "casi caótico", como señalan los empresarios del polígono.
Las nuevas glorietas de Cardeo y Baíña ya están prácticamente terminadas. "Faltan ya solo detalles y echar una última capa de rodadura en alguna zona para acabar de nivelar el firme", explican fuentes del proyecto. En breve se espera poder retirar toda la señalización de obra, reponiendo la circulación por la calzada a su condición habitual. No obstante, los vehículos, incluidos los pesados, ya hacen un uso totalmente normalizado de las amplias rotondas habilitadas en estos estratégicos nudos de la N-630.
Lo avanzado de las obras en Cardeo y Baíña contrasta con la parálisis de la actuación que se ejecuta en el peligroso acceso al polígono de Fábrica de Mieres. De los tres nudos, es el que peores índices de siniestralidad presenta en los últimos años. De hecho, es uno de los puntos de la red de carreteras del concejo más peligroso, un lugar en el que se han producido numerosos accidentes graves, incluso mortales.
En el caso del acceso a Fábrica de Mieres, hasta ahora había una intersección con "T" para girar a la izquierda que será sustituida por una glorieta cerrada. Desde el Ayuntamiento de Mieres se había reclamado en numerosas ocasiones el desarrollo de estas obras comprometidas. De momento los trabajos están paralizados a la espera del Gobierno central autorice las modificaciones en el proyecto necesarias para evitar afectar a las redes subterráneas que se encuentran en la intersección. El problema es que, mientras tanto, el enlace permanecer inhabilitado. "El acceso desde Mieres se tiene que hacer invadiendo el carril de dirección contraria para cruzar hacia la izquierda, o siguiendo hasta Cardeo para dar la vuelta", explican los usuarios. "Está bastante peligroso", lamentan.
Dispositivo de seguridad
Con todo, el dispositivo de seguridad que acompaña a los trabajos en esta muy utilizada calzada es de notables proporciones. Se ha procedido a señalizar y acotar las tres zonas de actuación. Señales verticales, horizontales, luminosas, vallas, conos y hasta muretes de protección de hormigón salpican casi de manera permanente los aproximadamente seis kilómetros que separan Baíña del casco urbano de Mieres. Este amplio y aparatoso operativo ha permitido que la circulación siga fluyendo con relativa normalidad por la carretera nacional desde mediados de julio, cuando comenzaron los trabajos.
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