Asturias cambia el enfoque: el sector audiovisual se reivindica en Langreo como un campo para crecer sin tener que emigrar
Un creador de videojuegos, un escultor de "criaturas" y una profesora de música explicaron en una jornada organizada por el Cislan cómo montaron sus empresas
M. Á. G.
Un langreano que hace videojuegos para todo el mundo desde Gijón, un ovetense enamorado de la montaña que crea criaturas espeluznantes y una gijonesa con una escuela de música que forma a trescientos alumnos. Pablo García Menéndez (CuiCui Estudios), Manuel Martínez Álvarez (Basilisco Estudio) y Mar Álvarez Sanguino (Sonidópolis) fueron tres de los emprendedores que contaron su historia en la mañana de ayer en la sexta jornada de empleo del sector audiovisual organizada por el Cislan y Valnalón en La Felguera.
Un nexo común los une: todos ellos han podido desarrollarse profesionalmente sin tener que emigrar. "Yo soy pedagogo y en la empresa nos dedicábamos a hacer producto cultural para el público infantil. De ahí nos fuimos adaptando al mercado y avanzando en el tema de los videojuegos", indica García, que cree que el "factor diferencial" para que la industria se consolide en Asturias es "la calidad de vida". "El proyecto surgió en parte por agarrarme a Asturias y no tener que marcharme. En nuestro caso tenemos un negocio digital que no tiene fronteras y podemos trabajar desde aquí".
Manuel Martínez divide su tiempo entre Oviedo y Somiedo. Elabora figuras de personajes y criaturas para cine, coleccionismo y juguetes. A La Felguera se llevó un "critter" y mostró el proceso de creación de un "predator". "Hice escultura aplicada al espectáculo en Oviedo y ahora lo estoy intentando ampliar a lo digital en el Cislan. Mi campo está muy concentrado en núcleos grandes como Barcelona o Madrid, pero estoy tratando de descentralizarlo y hacerlo desde aquí. En la zona norte hay muy poco".
Escuela
Mar Álvarez Sanguino, exintegrante de "Undershakers" y "Pauline en la playa", es una de las socias de Sonidópolis, una academia de música con trescientos alumnos. "La empresa creció al calor del grupo en el que estoy desde hace una década, ‘Petit Pop’", explica Álvarez, que alude a la labor que presta el Cislan. "Yo hice hace años técnico de sonido fuera de Asturias porque quería una formación más completa. Estoy encantada de que hoy exista un sitio como el Cislan que aglutine un poco todas esa formación; es un lujo".
En la sesió de tarde participaron Fernando Marín Burgos (Movusic), Aníbal Menchaca (técnico de sonido y músico) y, de nuevo, Manuel Martínez Álvarez (Basilisco Estudio)
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