La fosa que descubrió Celestino: exhumarán un enterramiento franquista en Pajares con una decena de cuerpos localizado con el relato de un testigo
El lenense, ya fallecido, narró para LA NUEVA ESPAÑA su historia | La Sociedad de Ciencias Aranzadi ejecutará los trabajos para completar una investigación que ya localizó los restos de doce personas en 2018
"Lo que vi aquel día me acompañó el resto de mi vida. Había unos cuerpos en el suelo y dos hombres golpeaban con la culata de la escopeta en la cabeza de las víctimas para asegurarse de que habían muerto".
A Celestino García le temblaba la voz cuando contó su historia. Un secreto que guardó durante setenta y tres años. De niño, cerca del alto de Pajares (en una zona de pastos denominada Parasimón), había presenciado un fusilamiento de presos del franquismo. Pequeño como era, se escondió entre la maleza, aguantó la respiración y luego volvió a casa. No le dijo nada a su madre, no lo contó en la escuela. "Entonces no podías hablar de esto".
Sí habló en 2010, emocionado, con LA NUEVA ESPAÑA. Y aquel reportaje se convirtió en la principal prueba para la investigación de las fosas comunes de Parasimón, iniciada hace ya una década. En el primer enterramiento, en 2018, se exhumaron doce cuerpos. El equipo arqueológico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi excavará la segunda fosa en unas semanas. Esperan recuperar los restos de otras doce personas.
En su narración, Celestino dio otro detalle: uno de los hombres que habían sido asesinados era Luis Cienfuegos, natural de Parana (Lena). Se había casado en Caborana de Aller y, por eso, estaba en aquel grupo de presos que viajaban en camión desde el cuartel de Moreda. Les dijeron que iban a la cárcel de San Marcos (León), pero detuvieron el traslado en mitad del puerto y los mataron a escasos metros de la carretera. A sangre fría. Según los informes, se utilizaron cientos de balas para matar a menos de treinta hombres.
Después, el silencio. Hasta que los nietos y sobrinos de Luis Cienfuegos fundaron la entidad "Familiares y amigos Fosa Parasimón" e impulsaron una campaña en búsqueda de apoyos y en pos de la divulgación sobre la memoria histórica. Según Celestino García, los verdugos habían separado a los presos en dos grupos así que, desde el principio, se proyectó la búsqueda e investigación de dos fosas comunes en el monte.
Llegó 2018 y la primera excavación. Contó con fondos de un "crowdfounding" (micromecenazgo en la red), que logró su objetivo en menos de dos semanas. Los trabajos se encargaron a la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Se alargaron durante tres días, en los que se recuperaron doce cuerpos. Solo se tenía constancia de ocho personas en el enterramiento. Fue un proyecto completo, que incluyó incluso una recreación del enterramiento con los propios investigadores. Además, se abordaron pruebas genéticas pero no hubo resultados concluyentes para la identificación de ninguna persona.
Esta misma entidad, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, volverá ahora a Parasimón para investigar la segunda fosa. Al frente del área antropológica estará la reputada Lourdes Herrasti, en la dirección arqueológica el experto Antxoka Martínez. Este último reconoció que "dar con este segundo enterramiento ha sido difícil, la fase más complicada que hemos abordado en Parasimón".
La campaña
Tan complicada que requirió cuatro años de trabajo de campo. La primera parte, apuntó Martínez, fue una prospección magnética. El arqueólogo halló 26 objetos, de los que 25 estaban en un área de 140 metros cuadrados. Todo eran restos de munición: balas, vainas y también un peine muelle de cuatro cartuchos.
En una segunda fase, el arqueólogo Antxoka Martínez realizó catas para dar con el enterramiento. Tuvo que repetir este proceso hasta en tres ocasiones. La fosa ha sido localizada, inicialmente, a un área en una zona arbolada. Está a unos cien metros en línea recta de la carretera del puerto de Pajares. Desde el pasado mes de noviembre hasta hace unos días, la tramitación de los trabajos se ha centrado en la obtención de permisos. Esperan empezar a trabajar a finales de este mes para recuperar los cuerpos.
Si bien la investigación fue inicialmente impulsada por una familia, apuntan que el objetivo de esta intervención es inmenso: quieren dignificar a todas las víctimas, a sus descendientes y reunir a las familias casi noventa años después. "Es de justicia", replican los Cienfuegos siempre que se les pregunta.
Es de justicia, también, darle las gracias a Celestino. A su valentía, por hablar tras vivir los años más negros de la Historia. Por recordar en voz alta lo que tantos quisieron olvidar. Falleció poco después de contar su secreto a LA NUEVA ESPAÑA. Su relato dejó un legado inmenso.
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