Otra perspectiva de la sangría demográfica

El pueblo asturiano "milagro" que mantiene su población desde hace una década

Dos municipios de las Cuencas, Aller y Lena, están a punto de bajar de los 10.000 vecinos con consecuencias económicas, sociales y administrativas

«Jesusangel», Araceli Flores y Elena Álvarez; con el mural de las vacas, en recuerdo al abrevadero, a sus pies. | C. M. B.

«Jesusangel», Araceli Flores y Elena Álvarez; con el mural de las vacas, en recuerdo al abrevadero, a sus pies. | C. M. B. / C. M. Basteiro

El pincel traza una curva en el muro de la antigua Casa Rectoral de Carabanzo. Más que arte, el movimiento de esa muñeca es magia. "Jesusangel" se baja del andamio, se aleja un poco para ver el mural entero. "Está quedando bien".

Aunque lo parezca, por las líneas que acaban de leer, la aplaudida obra del pintor Jesús Ángel García (que firma como "Jesusangel"), no es el tema central de este reportaje. Que sepan que este texto va de despoblamiento, con una perspectiva pocas veces enfocada: ¿cuánto dinero pierden los ayuntamientos por la sangría poblacional? No es poco. Sirva un ejemplo: Aller y Lena, al borde de los 10.000 habitantes, ingresarán un 10 por ciento menos de fondos estatales si cruzan esa barrera demográfica.

¿Y lo del mural de "Jesusangel"? Pues es una de las obras que el pintor está ejecutando en su localidad natal. El pueblo lenense de Carabanzo, que sí será el escenario central para contarles todo lo demás. ¿Por qué? Porque la localidad resiste. Es una suerte de "milagro" en esta sangría poblacional: mantiene su número de vecinos, más o menos estable, desde hace más de diez años (son 175, según el INE). Quizás por iniciativas tan bonitas como esta que presentará, a continuación, el autor de los murales que están haciendo del pueblo una obra de arte.

Acompañan a "Jesusangel", en el recorrido por el pueblo, Elena Álvarez (presidenta de la Asociación "Mejoras de Carabanzo") y Araceli Flores (una de las vecinas colaboradoras). La primera parada es el lavadero. Un vecino del pueblo, que no aparece en el reportaje porque no le gustan nada las cámaras, decidió arreglarlo para que recuperara el esplendor. Y "Jesusangel", que vivió hasta los doce años en Carabanzo y nunca se desligó del pueblo, se ofreció para pintar un mural. "En este, han colaborado los vecinos. Yo tracé el dibujo, y luego todos fuimos pintando". Quedó precioso. Es la imagen de una mujer que tiende la ropa, mientras dos "guajes" le roban una sábana para jugar. Es, además, la muestra de lo unido que está el pueblo.

Así que puede ser la pintura, o quizás esa unión. El caso es que Carabanzo se resiste a una despoblación que avanza con prisa en Lena. A fecha 1 de enero de 2023, el municipio contaba con 10.499 habitantes. Aún más en la "cuerda floja" está Aller: el primer día del año, el concejo sumaba 10.201. Aquí una aclaración importante: los 10.000 habitantes es un límite peliagudo. Bajar de ahí, supondrá una serie de cambios administrativos y económicos para el municipio.

La principal modificación administrativa será que las corporaciones de Lena y Aller pasarán de tener diecisiete concejales a trece. A priori, parece poco importante. Pero lo cierto es que los ayuntamientos perderán peso a nivel regional; ya no participarán de igual forma en la toma de decisiones que afectan a todos los asturianos. También se limitará aún más el número de cargos de confianza –de un máximo de dos a uno– y bajará el sueldo del alcalde o alcaldesa.

El bolsillo de los regidores no será el único que se resentirá. Calcular con exactitud la merma en la economía municipal es complicado, ya que depende de las subvenciones a las que se acoja cada ayuntamiento. Los expertos afirman que no será poco.

La aportación de los Fondos Generales del Estado bajará, al menos, en torno al diez por ciento. En 2022, según los datos del resumen anual de la Participación en los Tributos del Estado, Lena y Aller recibieron algo más de 2,5 millones. Si bajan de los 10.000 habitantes, la participación del Gobierno central rondará los 2,2 millones. A esto hay que sumar la pérdida en subvenciones de todos los ámbitos: desde autonómicas hasta europeas.

A las repercusiones administrativas y económicas se suman las sociales. La pérdida poblacional lleva pareja una merma en los servicios. Aunque estas consecuencias fueron más graves en los grandes concejos de las Cuencas, Mieres y Langreo, cuando bajaron de los 50.000 habitantes (en torno al año 2000 en ambos casos). Uno de los principales servicios que se vio afectado fue el del transporte urbano: perdió las ayudas estatales. La pérdida poblacional también afecta a la oferta educativa, ya que desemboca en el cierre de unidades y escuelas.

En Carabanzo, cerraron las escuelas hace ya décadas. En una temporada "baja" del pueblo. "Lo cierto es que no es solo que los jóvenes no se vayan, la verdad es que muchos volvieron tras haber comprado un piso fuera. Dejaron la ciudad e hicieron casas aquí", apunta Elena Álvarez.

Niños

Hoy, hay niños suficientes para un aulario rural (trece). Para ellos, "Jesusangel" ideó un gran mural en el parque. Colaboró todo el pueblo, hasta una pequeña de unos meses de edad que plasmó sus manitas en el dibujo. "También les hemos dedicado el mural de la cancha". Una imagen en pos de la salud y el deporte, porque cada obra cuenta una historia y defiende una causa.

Los murales de Carabanzo son ya tantos, que nos quedamos sin espacio para contarlos. Unas vacas recuerdan el abrevadero del pueblo, otro rememora el quiosco de "chuches". Ha dibujado gatos (es el sobrenombre de los vecinos de Carabanzo) por toda la localidad. Ahora, "Jesusangel" trabaja en una obra homenaje a los mineros y a las mujeres en la mina; seguirá con un mural de La Carisa. "Todos los vecinos se han volcado conmigo, con esta iniciativa", apunta el pintor. Los materiales corren a cargo del Ayuntamiento de Lena.

Araceli y Elena se despiden, es casi la hora de comer. "Jesusangel", con esa paz que transmite, camina hacia su casa. "Pasa, pasa". Dentro, todo es bonito. Dibujos y fotos antiguas. Una de ellas es de la antigua escuela, con decenas de niños. Cuando el "milagro" de Cabaranzo era aún más grande.

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