La Flor de Lena aguanta el chaparrón

El prau de la localidad de Piedracea acogió la tradicional romería, esta vez bajo la lluvia, que al menos respetó la procesión de la Virgen

El inicio de la procesión de La Flor, en el prau de Piedracea, en Lena. | A. Velasco

El inicio de la procesión de La Flor, en el prau de Piedracea, en Lena. | A. Velasco / Andrés Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

"Venimos todos los años, aunque llueva, porque siempre presta tomar unos culetes de sidra con los amigos". Son palabras de Jairo Fernández un joven lenense que fue uno de los asistentes al prau de Piedracea para participar en la romería de La Flor, con la que se pone punto y final a las fiestas de la primavera de Lena. Eso sí, las pronuncia mientras se fabrica un improvisado chubasquero con unas bolsas de basura para protegerse del chaparrón que comenzaba a transformar en barrizal el césped.

El prau de la fiesta, lleno de paraguas. | A. Velasco

El prau de la fiesta, lleno de paraguas. | A. Velasco / Andrés Velasco

Porque la lluvia respetó a los romeros hasta la procesión de la Virgen, poco más allá del mediodía. Hasta ese momento, los asistentes a esta fiesta fueron llegando poco a poco, y colocando sus mantas, toallas y lonas sobre el césped. Por la mañana ya había caído algo de agua, lo que restó afluencia a la habitual acumulación de romeros en el prau y en torno a la ermita de Piedracea. Aún así, decenas de lenenses iban llegando buscando un hueco donde dejar la sidra, la comida y las mochilas para disfrutar de la fiesta.

Ambiente en la barra del bar de la organización. | A. Velasco

Ambiente en la barra del bar de la organización. | A. Velasco / Andrés Velasco

Unos festejos a los que no solo asiste gente del concejo, sino que cuenta con habituales de fuera de Asturias. Es el caso de Manuel López Tárrega y su familia. "Nuestro abuelo era jefe de estación en Lena y luego se trasladó a Benicassim", comentó. "Cuando éramos pequeños, todos los años veníamos a la fiesta de La Flor y ya cuando fuimos a Castellón volvíamos cada año, unas veces más gente y otras menos, pero yo que estoy jubilado vengo siempre", apunta antes de escanciar un culete de sidra a su primo. "Es importante no perder nunca tus raíces y por eso estamos aquí", asevera.

La entrada del ramu en el prau de la fiesta. | A. Velasco

La entrada del ramu en el prau de la fiesta. | A. Velasco / Andrés Velasco

Mientras que los menos devotos esperaban fuera de la pequeña ermita, en el interior se oficiaban dos misas: una por los cofrades fallecidos y otra en honor a la Virgen, con procesión incluida. Una procesión, acompañada de gaita y tambor, que fue el último momento en el que el agua dio un respiro.

Entre los asistentes a la romería había algunas caras conocidas. El expresidente del Montepío, Juanjo Pulgar, junto a su mujer Blanca y su familia, llegaban al prau como todos los años, en una celebración que nunca se pierde. También se pasó por la fiesta el presidente del PP de Asturias, Álvaro Queipo, que acompañó a los vecinos y a varios compañeros del partido en la romería.

Sin que diese tiempo a empezar la puya’l ramu, las nubes comenzaban a descargar sobre los romeros. Algunos sacaban paraguas y chubasqueros. Otros los improvisaban con plásticos. Los más profesionales tapaban la comida y mochilas con lonas que ya había llevado al prever la lluvia. Y el resto buscaba refugio bajo los aleros de la capilla. Pero del prau, pocos se movían.

Tras una animada puy’al ramu, bajo los paraguas, David Payares puso la música desde la tarima montada para la ocasión. Y lo cierto es que aunque algunos pusieron camino de vuelta a la Pola, los cofrades y los más jóvenes del lugar no dejaron resquicio a la duda. Poco importaba el barro y el suelo mojado (hubo algún resbalón), que las ganas de bailar y de festejar podían con todo.

A media tarde, el prau de la fiesta ya se iba despejando. Los organizadores, la Cofradía de la Flor y la Asociación Sociocultural Escueles de Azán Piedracea, culminaban el trabajo de todo un año con un gran sabor de boca. Porque como decía la presidenta del este último colectivo, Blanqui Plaza, "la Flor ye la mejor fiesta de Lena".

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