Bajo el sol de la historia

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II)

Las visicitudes de una empresa de cuyos talleres salió, entre otras publicaciones, el semanario "El Valle del Nalón"

Julio José Rodríguez

Julio José Rodríguez

La Diamante tuvo dos propietarios distintos y la historia volverá a repetirse con Gráficas Langreanas, iniciativa que nació de la mano de los hermanos G. del Valle y concluyó con Hipólito García Argüelles.

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II)

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II) / Julio-José Rodríguez

Cuando ya había entregado el texto sobre La Diamante en LA NUEVA ESPAÑA, un buen amigo, David Martínez, me indicó, entre otras cosas, que la citada imprenta había editado la cuarta edición "notablemente aumentada" de "Nociones de Gramática española", de José María F. de la Losa, obra premiada en varios certámenes. La primera edición de este libro salió de los talleres de La Industria de Gijón en 1904.

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II)

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II) / Julio-José Rodríguez

En 1922 no se editó el portfolio, por las dificultades económicas que se vivieron en aquellos meses en Sama, aunque sí se celebraron las fiestas.

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II)

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II) / Julio-José Rodríguez

La imprenta de los hermanos G. del Valle sacará a la calle por primera vez el portfolio en 1923. Precisamente, sus editores literarios, J. Torre y C. Morilla, firmaron en sus páginas esta nota: "Este orograma, confeccionado en un plazo brevísimo de días, (a lo que no se comprometieron otros importantes talleres de la provincia), fue confeccionado en los modernos y bien montados de Gráficas Langreanas, lo que nos complace hacer presente a todos, para que sepan que cuentan en Langreo con unos talleres gráficos montados a la altura de los primeros de España".

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II)

Gráficas Langreanas, tres imprentas de Sama en el siglo XX (II) / Julio-José Rodríguez

Otros, en cambio, no sólo no compartieron este reconocimiento, sino que su testimonio fue totalmente opuesto. En el libro "Líneas al vuelo. Ilustración y diseño gráfico en Asturias, 1879-1937", de Francisco Crabiffosse Cuesta, puede leerse sobre esta primera etapa de la imprenta Gráficas Langreanas que "tuvo una trayectoria irregular, llegando en 1925 ‘a un estado verdaderamente deplorable’". Ese mismo año la adquirió Hipólito García Arguelles.

Por nuestra parte ampliamos esas citas de "Líneas al vuelo", recurriendo también al mismo texto del que se extrajeron. El suelto en cuestión fue publicado en julio de 1927 en "El Noroeste": "De la competencia profesional del Sr. García Argüelles es buena prueba el estado verdaderamente lamentable en que se hizo cargo de su industria y la forma en que actualmente se encuentra que la equipara con las mejores de la provincia" (…) "Todo ha sido renovado, comprando nuevo material y maquinaria y pudiendo hoy ejecutarse trabajos tan hermosos como el portfolio de las actuales fiestas de Santiago".

En 1924 se editó un folleto "El Pleito de la segregación de La Felguera" en el que se recopilaron los informes y escritos solicitando que la parroquia de Santa Eulalia de Turiellos -La Felguera- se constituyese en Entidad local menor.

Ese mismo año con la publicación del portfolio de "Santiago" va a terminar la primera parte de la historia de "Gráficas Langreanas", demasiado breve y con sombras.

Hipólito G. Argüelles ya en 1924 poseía una papelería que abrió en el local que había ocupado la sastrería "La Parisién", en la calle Dorado número 5. La papelería se registró con el nombre "Hipólito García Arguelles Casielles. Objetos de escritorio". Este local lo utilizó su propietario para atender la sub-agencia que llevaba para el valle del Nalón de una compañía de seguros La Hispania.

Tras la adquisición de la imprenta de los hermanos G. del Valle en 1925, cambió su nombre, y la papelería que pasó a llamarse Librería e Imprenta Gráficas Langreanas.

El nuevo negocio continuó siendo atendido desde la calle Dorado números 5 y 7 y con el teléfono número 149. Sus talleres ocuparon un local situado en la calle del Norte, próximo a la actual estación de Renfe.

En el portfolio de 1925 ya aparecía en portada el nombre del nuevo propietario. La calidad de los álbumes literarios publicados en esta nueva etapa dejará ver una clara modernización de sus pautas espaciales y de diseño, así como la incorporación de nuevos colores y otras técnicas que se iban aplicando a las artes gráficas. Atrás va quedando la severidad conceptual del diseño y otros encorsetamientos técnicos, que desembocarán en una mayor libertad creativa acorde con los gustos de anunciantes y lectores, como se refleja perfectamente en el portfolio de 1927.

En lo social, la figura de Hipólito García-Argüelles gozó de prestigio entre la clase empresarial, como lo confirma el que llegase a ser uno de los presidentes que se sucedieron en la historia del Círculo Mercantil e Industrial de Langreo. En 1927, el problema con las líneas telefónicas llevó al Círculo Mercantil a un intenso cruce de cartas con las delegaciones de Oviedo, León y con la central de Madrid. Ante sus silencios y ambigüedades, sacó un comunicada del que reproducimos sus últimas líneas con una clara advertencia a sus asociados: "Sépanlo de una vez para siempre todos los señores interesados: sin unión, no hay fuerza y sin fuerza no es posible acabar con ciertas injusticias". En 1934, tras la Revolución de Octubre, comerciantes, empresas y alguna sociedad privada afectados en sus propiedades, fueron asesorados, para presentar sus demandas ante la "Junta de Socorros de Asturias", que no fueron pocas.

Hipólito G. Argüelles contrató un gran regente, Eulogio Fernández. Contar con sus servicios fue muy importante, lo mismo que una desgracia cuando decidió irse. Eulogio Fernández igual escribía en el portfolio de Santiago que aparecía como integrante de sus juntas directivas, que ejercía como socio de La Montera o que formaba parte de la Banda de música de Langreo. ¡Así, y mejor persona aún, era aquel magnífico tipógrafo, del que tanto oí hablar, y siempre bien!

En 1925 se publicó un anuncio de Gráficas Langreanas que era todo un hallazgo visual, por su composición con el acróstico del nombre y apellidos del propietario, así como la utilización del color en el texto que hacía resaltar la parte que al anunciante le interesaba. Obra, sin duda, propia del buen gusto y la imaginación de un profesional de la categoría de Eulogio Fernández.

Gráficas Langreanas se encargará de imprimir, en 1926, un nuevo semanario. Un comunicado remitido por la comisión que preparaba el lanzamiento de "El Valle del Nalón" en Sama, fue publicado en "El Noroeste" en octubre, pudiendo leerse: "que recogerá todas las manifestaciones de la actividad langreana, tales como asuntos de índole municipal, cultural, social, etc. cuyo lema será "Por y para Langreo".

Doce días después, el lunes 27, se puso a la venta "El Valle del Nalón", constituyendo un gran éxito. El diario gijonés "La Prensa" daba cuenta de sus contenidos y aspiraciones: "Contiene variadas secciones, en las que se tratan con serenidad y alteza de miras todo lo que afecta a la prosperidad langreana", añadiendo que "La Redacción, en un brioso artículo, trata el programa a seguir y dice: "’El Valle del Nalón’ promete hacer honor a su programa. Su norma será: dinamismo, actividad. Su lema: higiene, cultura, agua, urbanización".

Tras varias semanas de silencio, "El Valle del Nalón" reapareció el 24 de julio al conjuro de las fiestas de Santiago.

En el editorial, de modo comedido, se preguntaba: "¿Pero todos participan de esa alegría? ¿Todos disfrutan estos días del bullicio de las fiestas? Todos, no. Hay hogares sin pan y otros que ven en perspectiva los negros nubarrones de la miseria. La crisis hullera se acentúa y la escasez de trabajo crea una situación angustiosa en los hogares del obrero, más penosa en estos días en los que hace falta lucir el vestidito nuevo, los flamantes zapatitos..." y, ya finalizando, Julián Muñiz volvía a poner la cruda realidad ante los diferentes espejos: "Estos días se oirá el cascabeleo de la risa en los hogares felices, en contraste con los reprimidos sollozos de los hogares sin pan".

En el "Anuario Industrial, Mercantil y Guía Gráfica de Asturias" de 1927, editado en Madrid por "El Financiero S.A." pueden verse los diferentes negocios de Hipólito G. Argüelles en dos epígrafes, "Objetos de escritorio" y "Máquinas de imprimir", donde aparecen otras dos imprentas samenses: las de Gaspar Betegón y Manuel García Sánchez.

Al año siguiente, en 1928, Gráficas Langreanas ya no ocupará los números 5 y 7 de la calle Dorado sino el 19. El número 19 se correspondía con el edificio que hacía esquina con la calle abierta hacía poco, la hoy Cardenal Cisneros, que comunicaba la de Dorado y la denominada entonces Camposagrado. Existe una foto del edificio aludido todavía con andamios y con el año 1930 escrito a mano, lo que creo no se ajusta a la realidad. He podido manejar otros datos que así lo confirman.

Los bajos del nuevo edificio tenían acceso por la las calles Dorado y Cardenal Cisneros. Eran dos amplios bajos comerciales separados por un portal que permitía una entrada de servicio para ambos, por el que se accedía también a las ocho viviendas. El edificio tenía un patio interior al que daban las ventanas de cocinas y baños.

Gráficas Langreanas trabajó todos los artículos de librería y papelería e incluso vendía la máquina de escribir alemana "Continental", pero en 1929 no editaría el portfolio de las fiestas santiaguinas. La nueva imprenta abierta en julio del año anterior le había ganado la partida. La imprenta "La Moderna" ¿se había convertido, pese a su corta vida, en una alternativa real? En este punto dejamos la pregunta en el aire a la espera de responderla como conviene en la siguiente entrega de "Bajo el sol de la historia".

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