Opinión | Dando la lata

Despacio

El drama de las obras que se eternizan

El historiador de cabecera de la tertulia del contenedor manifiesta que ya podemos afirmar que la construcción de las pirámides egipcias se completó en menos tiempo que las obras de mejora del polígono industrial de Vega de Arriba, que lleva manga por hombro prácticamente un año, tiempo en que se abren y cierran las mismas zanjas una y otra vez, y se levantan aceras que ya estaban rematadas, lo que induce a pensar que alguien es muy meticuloso o muy olvidadizo.

Que sí, lo sabemos, las prisas son malas consejeras y vale más ir despacito, al trantrán, y hacerlo bien, como sucede con el futuro cuartel de la Guardia Civil, que avanza poco y se detiene muchísimo. Pero se hace a propósito, para reflexionar y así evitar dar pasos en falso por andar apresurados. Vísteme despacio, pero muy despacio, que tengo prisa. Benemérita paciencia. Así se funciona en los tiempos modernos, con extrema lentitud a pesar de tener a nuestra disposición unas tecnologías fabulosas. Por ejemplo, hay trámites burocráticos que van mucho más lentos si se hacen por internet. ¿Por qué? Quién lo sabe. Quizá sea que al otro extremo del ciberespacio no hay nadie.

Y en estas obras que se eternizan, normalmente el motivo se explica por la falta de personal, porque, claro, dos tipos, por más competentes que sean, consumen media vida para completar una obra de cierto calibre.

Los abogados también sabemos bastante de lentitudes. De hecho, creo que a estas alturas se puede concluir que las nuevas tecnologías no han logrado mayor rapidez en la tramitación y resolución de los asuntos. O sea, que podemos publicar un video repleto de memeces y en segundos lo ven en todo el mundo pero lo importante, una cita médica, un juicio, una obra, va incluso más lento que en la era analógica.

La vida es así de contradictoria y llega un momento en que lo recomendable es la resignación y acomodarse a este paso calmado. Porque, en realidad, urgencias, verdaderas urgencias, hay menos de las que creemos.

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