Opinión

Tres menos uno

Una tradición en recuerdo de un amigo desaparecido

Hay que quedar, tenemos un pote pendiente, de la semana que viene no pasa. Entonces llegaron los malestares, las visitas al médico, los ingresos en el hospital… y el terrible diagnóstico.

Y el pote que acostumbrábamos a compartir los tres amigos quedó aplazado sine die aunque él, muy debilitado y consciente de que ya no era posible, aún insistía en celebrar nuestra comida de amistad.

Ahora los tres del pote somos dos, pero quisimos mantener la tradición a pesar de su insuperable ausencia. Al fondo del local, en una mesa tranquila que favorecía la intimidad que requería la ocasión, Mario y yo tomamos asiento, colocando en la cabecera la foto de su rostro sonriente junto a una copa de rioja.

Los dos que fuimos tres hicimos el esfuerzo de querer celebrar, de disfrutar pese al imponente hueco en nuestra mesa, una presencia insustituible cuya falta no se puede disimular con retratos y anécdotas.

El generoso pote cocinado por Patri no solo contenía su conocimiento y experiencia sino que incorporaba el cariño y homenaje a nuestro amigo ausente, ingredientes claramente perceptibles en cada cucharada.

Un pote que era más que un pote para dos comensales que añoraban los tiempos en que fueron un trío, aquellas reuniones cargadas de amistad y confianza, de charla intensa y debate franco, de compartir, hablar y escuchar. Y de profundo respeto y discreción. Tres amigos con tres ópticas distintas que con cada pote reafirmaban sus ganas de estar juntos.

Las calorías procedentes de la olla y los efluvios del vino fueron relajando la escena y los dos que fuimos tres comenzamos a hacer la digestión de las emociones para saborear debidamente el manjar. El impulso de llorar se adormeció, la dificultad para encontrar las palabras cesó y por fin logramos reanudar la conversación y elevar el ánimo.

Cuando pedimos la cuenta nos reafirmamos en la decisión de mantener la tradición, aunque ahora seamos tres menos uno. En el papel que Isa nos entregó se leía: Dos menús Pote de Aníbal. Está todo dicho.

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