Otro casi del Alimerka Oviedo

El OCB desperdicia ante el Cáceres, rival directo por la permanencia, la última posesión para empatar o ganar y vuelve a estar en puestos de descenso

Romeo Crouch entra a canasta ante la defensa de Bracey. | Carla Graw / El Periódico de Extremadura

Romeo Crouch entra a canasta ante la defensa de Bracey. | Carla Graw / El Periódico de Extremadura

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Es difícil para un equipo, cuando las cosas no están saliendo en una temporada, sobreponerse a sus propias limitaciones y a la falta de confianza que se arrastra y sacar adelante un partido que se decide en un cara o cruz en la última acción. Fue eso lo que le pasó al Alimerka Oviedo Baloncesto ante el Cáceres en un partido en el que dispuso de la última posesión para ganar o empatar, opción que desperdició en un mal ataque que erró un inconmensurable Marc Peñarroya, que disputó los 40 minutos y fue el motor del equipo, el que tiró del carro, el que anotó y el que lo hizo casi todo.

Tampoco es fácil luchar contra arbitrajes como el que sufrió el OCB, con despropósitos como la técnica que pitaron a Ángel Comendador por mirar a su defensor después de completar un ally-oop espectacular, en el que la diferencia de criterio a la hora de señalar faltas a uno y otro equipo fue constante desde el primer minuto del partido, que comenzó con dos personales en ataque contra el equipo asturiano de juzgado de guardia. También ante eso, además de contra sus limitaciones y sus carencias, va a tener que luchar el equipo de Oviedo esta temporada para lograr la permanencia. La derrota ante Cáceres es la de un equipo al que le faltan muchas cosas, que por momentos pierde el norte en ataque, pero también la de un grupo que nunca entrega la toalla, que se faja como puede y como sabe, y que se merece al menos que los que imparten justicia les tengan un mínimo respeto.

Esta vez no fue el inicio lo mejor del Alimerka Oviedo Baloncesto, en parte por los protagonistas antes mentados. Tras dos canastas anuladas por supuestas faltas en ataque, al OCB se le empezó a nublar el juicio en ataque y, entre el desacierto del rival y que el OCB mantuvo un nivel decente en defensa, evitó acabar el primer parcial con una desventaja más abultada (18-10). La imagen del OCB en el segundo cuarto fue otra, aportando en ataque otros jugadores, como Thorir Thorbjarnarson (más tarde desaparecido) y Clevon Brown, que dieron más opciones a Peñarroya, que estuvo excelso, anotando y dirigiendo a los suyos. Sin llegar a romper el partido, el OCB se fue al descanso con cuatro de ventaja (27-31) y otras sensaciones.

Las cosas iban muy bien en el tercer cuarto y Peñarroya, en estado de gracia, elevó la renta a nueve puntos (35-44) a 4.18 de acabar el parcial. Y en ese momento, como si le diera miedo romper el partido, el OCB enloqueció y Cáceres, con el talento que tienen y el respeto que se les tiene a Hasbrouck, Vasileiadis y Dani Rodríguez, le dio la vuelta y se fue tres arriba (52-49) al último cuarto. El OCB había estropeado un gran trabajo pero no se rindió. Fueron pacientes y en ese último parcial apareció Romeo Crouch, al que se necesita más tiempo a ese nivel, para, con un triple y una canasta, poner uno arriba a Oviedo (67-68) a 53 segundos del final. Una canasta de Hasbrouck cuando le quedaban cuatro segundos de posesión a Cáceres acabó por ser definitiva y el OCB se llevó otro varapalo y vuelve a estar en descenso.

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