El jugador del Real Oviedo Carlos Hernández, recién ascendido a Segunda, y su anécdota con Álvaro Cervera

El andaluz coincidió con el técnico azul en el Jaén

Carlos Hernández con su mujer, Teresa Pardo, y su hijo Marco.

Carlos Hernández con su mujer, Teresa Pardo, y su hijo Marco. / Xuan Fernández

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Carlos Hernández (Jaén, 1990) se convirtió en uno de los héroes del Eldense, que ascendió a Segunda División con el exjugador del Oviedo metiendo un gol decisivo. El central, que vistió de azul cuatro temporadas, habla de lo que supone regresar al fútbol profesional. Y es que eso supone que volverá al Tartiere.

–¿Qué se siente?

–Una sensación muy bonita. Ascender es una pasada, a nivel de equipo, de ciudad y de afición. El club llevaba mucho tiempo sin estar en Segunda y para la ciudad es tremendo. El estadio se llenó. Es verdad que alberga a 4.000 personas, pero si llega a ser de 10.000 lo hubiesen llenado también. Toda la ciudad estaba volcada.

–¿Cómo es el club?

–Lleva tres ascensos seguidos, es pequeño y va creciendo poco a poco. El presidente lo compró hace tres años y es una persona implicada, de la ciudad, y eso hace que las cosas funcionen mejor. El equipo tiene mucho crecimiento y están creando un sentimiento de equipo. Al principio de la temporada iban mil y pico.

–Oviedo, Alcorcón, Elda… la vida del futbolista…

–En estos dos años he pasado del frío polar al calor de Punta Cana. El año pasado, en Alcorcón, fue malo a nivel individual y colectivo. Decidí venir al Eldense porque era un buen proyecto, aunque supusiera bajar de categoría. Firmé con la idea de poder volver a Segunda División y volver a jugar en el Carlos Tartiere.

–¿Se le hizo duro salir del fútbol profesional?

–Al principio es duro porque llevaba mucho tiempo en Segunda y buscaba opciones de seguir en la categoría. No salieron y lo siguiente que nos planteamos fue buscar un proyecto en Primera Federación con posibilidades de ascender. Así se dio. El objetivo real era meterse en play-off con suerte y según fue pasando la temporada fuimos conscientes del objetivo real.

–¿Notó mucho la diferencia de categoría?

–La Primera Federación ha mejorado mucho respecto a Segunda B porque hay dos grupos muy competitivos. La diferencia se ve en la gente de arriba: en Segunda las ocasiones casi siempre acaban en gol.

–¿Le hará ilusión volver al Tartiere?

–Mucha. Cuando nació mi hijo, en Alcorcón, me dio pena de que no pudiese ver a su padre jugando en el Tartiere, pero al final me vino con un pan debajo del brazo. Cuando ascendimos lo pensé: me podrá ver en el estadio del Oviedo. El Oviedo, para mí, está en el primer lugar de los equipos en los que he estado. No pierdo contacto con la gente, tengo muchos amigos y lo llevo en el corazón. Me entero de cosas por aficionados que son amigos míos, me alegro mucho por sus victorias y ojalá el año que viene les salga una buena temporada.

–¿Qué opina de Cervera?

–Lo conozco. De hecho, me hizo debutar en Segunda B con el Jaén. Es un hombre que tiene las ideas claras, con un estilo de juego que conocemos todos y saca rendimiento a los jugadores. Hasta que su idea cala pasa tiempo, pero cuando los jugadores se adapta tira para arriba. Le pasó en el Oviedo. Si la temporada hubiese durado más tiempo, el Oviedo habría jugado el play-off.

–¿Cómo fue su debut con él?

–Teníamos varios lesionados y decidió ponerme a mí en vez de reubicar a otro en otro puesto. Me dijo: "Mira, vas a jugar, imagínate lo mal que estamos. No la líes mucho". Le dije que haría lo que pudiese.

–¿Y qué hizo?

–Me expulsaron por doble amarilla, pero ganamos. Cuando iba por el túnel de vestuarios, tras ver la roja, pasé por delante de Cervera y él miraba al suelo y negaba con la cabeza, como diciendo: "vaya tela".

–¿Qué va a hacer el año que viene?

–Tengo contrato, me han dicho que quieren que continúe y ahora tengo una semana de vacaciones, pero la disfrutaré.

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