El delantero de moda de la Tercera Federación asturiana es hijo de un palestino afincado en el Principado: Isma Fagir, goles por la paz

El ovetense viene de marcar un triplete con un Tuilla en el que se siente "querido"

Isma Fagir en un partido con el Tuilla. |

Isma Fagir en un partido con el Tuilla. | / I. F.

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Isma Fagir (Oviedo, 25 años), delantero del Tuilla, está en su momento más dulce de la temporada. El domingo marcó un triplete en la victoria (0-3) de su equipo en el campo del Barcia con el que aumenta su racha a diez goles en las cuatro últimas jornadas: los tres de Barcia, dos en casa ante L’Entregu (3-2), dos en el campo del Caudal (2-2) y otros tres en la victoria ante el Llanes (5-1). El atacante se perdió seis encuentros tras lesionares a principios de octubre y ha vuelto en plena forma.

Mientras disfruta del fútbol y trata de acabar la carrera de Psicología en Oviedo, observa con preocupación lo que sucede en Palestina, el país de su padre y donde viven un montón de familiares. "Tenemos a mucha familia allí, mi padre tiene diez hermanos, pero están en Cisjordania, no en Gaza", explica. Unos hechos que observa con resignación: "La indignación no es de ahora, es de hace tiempo; pero mis familiares están bien". Él no ha podido visitar aún la tierra de su padre: "Quería ir, pero desde luego ahora no es el momento".

Volviendo al fútbol, Fagir reconoce que a pesar del resultado y de sus tres goles, el domingo el Tuilla tuvo dificultades para ganar al Barcia, el colista de Tercera, que opuso una gran resistencia: "El resultado engaña, lo pasamos mal, el campo, el viento en contra... Nos pusieron en dificultades".

Fagir, a pesar de tener solo 25 años, tiene ya una larga trayectoria a sus espaldas. Formado en la cantera del Astur primero y del Real Oviedo después, estuvo dos años en las Islas Canarias, donde jugó en el equipo filial de Las Palmas, en el Tamaraceite y en el Gran Tarajal. En Asturias ha pasado por el Praviano, el Vetusta, el Tuilla y el San Martín.

La temporada pasada, en Segunda Federación con el Marino, fue "rara". "Me lesioné y estuve cinco meses sin jugar, para un delantero no marcar goles es difícil, este año decidí terminar la carrera y buscar un club que me permitiera compatibilizarlo bien", explica. El Tuilla, donde ya había estado, era la decisión que mejor se ajustaba. Un lugar en el que se siente muy a gusto y donde sabe que es apreciado. "También me gustaba la idea de volver al Tuilla por la gente, son personas de pueblo que te ayudan, que están volcadas con el club. Allí te sientes querido y siempre es bueno volver donde sabes que eres querido", explica. Además, el Tuilla es un club en el que suelen ponerles las cosas fáciles: "Nosotros solo nos tenemos que dedicar a jugar y a entrenar".

La temporada del equipo que entrena Bango está siendo muy buena, situado en estos momentos en cuarta posición, con solo dos derrotas en la primera vuelta precisamente ante los dos primeros de la clasificación, el Llanera y el Sporting Atlético. "Somos un equipo difícil de ganar, competimos bien, no hay que tirar voladores, pero estamos en buen momento", explica el delantero. El objetivo, eso sí, está claro: "Desde el principio es meternos en play-off". Entre las características de Fagir están su tamaño, 1.94, y su olfato. "Me considero un delantero con gol, no necesito mucho para marcar, puedo jugar de espaldas y aunque también puedo hacerlo al espacio me gusta tener el balón en el pie", explica. Un ariete en racha que espera cumplir el objetivo y clasificarse con el Tuilla para disputar el play-off de ascenso. Y, por supuesto, fuera del campo, espera que más pronto que tarde haya "paz" en la tierra de su padre.

Suscríbete para seguir leyendo