El Alimerka Oviedo Baloncesto resucita a lo grande: acaba con su mala racha y rompe la del HLA Alicante en la LEB Oro (89-83)

El equipo carbayón cuaja un gran partido y toma aire en la clasificación tras acabar con una racha de seis derrotas seguidas

Marc Martí lanza a canasta ante Kostadinov, ayer, en Pumarín.

Marc Martí lanza a canasta ante Kostadinov, ayer, en Pumarín. / LUISMA MURIAS

Antonio Lorca

Antonio Lorca

El Alimerka Oviedo Baloncesto salió a la cancha de Pumarín ante el HLA Alicante dispuesto a dejarse el alma para acabar con una racha de seis derrotas seguidas que había resucitado los temores a una nueva temporada sufriendo más de la cuenta para mantenerse en la LEB Oro. Aún les queda mucho trabajo por hacer, pero después de frenar a un equipo que llegaba con siete partidos seguidos ganados, el camino parece algo menos empinado y, sobre todo, la sensación es que este grupo, con sus errores, con sus aciertos, tiene argumentos para lograrlo y acabar bien una temporada que empezó de una manera espectacular.

La primera canasta la metió el público, un polideportivo de Pumarín que, a pesar de ser un día laborable y a una hora incómoda, acudió en buen número al pabellón y, sobre todo, apretó como en las grandes ocasiones. Este público lleva tiempo demostrando que tiene una capacidad innata para reconocer los momentos importantes y este partido era uno de ellos.

El equipo de Oviedo jugó con el corazón en la boca, con las venas hinchadas, con el orgullo herido y así el partido comenzó siendo una locura y siguió así hasta el final. Martí continuó, como toda la temporada, impartiendo su cátedra habitual bajo los aros, añadiendo a esa faceta un par de triples de gran importancia. Stuckman tuvo unos minutos espectaculares en la primera parte que llevaron a elevar la renta a diez puntos (32-23) cuando quedaba 8.55 minutos para el descanso. Pero enfrente había un gran equipo, con un Davison que anotó seis triples en seis intentos en esa primera mitad. Entre idas y venidas, el partido se fue al descanso ajustado (53-50). Y eso, visto lo que le había sucedido al equipo en las cuatro jornadas anteriores, no era la mejor de las noticias. Habían anotado mucho ante la que es la mejor defensa de la LEB Oro, pero ellos también habían encontrado la manera de hacerles daño.

Pero este era uno de esos días del Alimerka Oviedo en Pumarín, una de esas jornadas que borran de un plumazo tanto sabor amargo acumulado, tanto viaje de vuelta repasando una y otra vez en la cabeza ese final en el que tomaste la peor decisión y la moneda te volvió a salir cruz. Uno d e esos días en los que el baloncesto es hermoso, en los que un jugador como Raúl Lobaco, que se había quedado en el banquillo en el anterior partido disputado en Pumarín, dio una exhibición defendiendo en la segunda parte a un Davison al que secó, siendo el alma del equipo en momento importantes, anotando, por fina anotando, para cuajar su mejor partido del curso. Justo en el momento adecuado,

Todas eso permitió al Alimerka estar siempre por encima en la segunda parte, llegando a tener una renta de 14 puntos (70-56) a 1.46 de acabar el tercer cuarto. Siguieron sufriendo, con errores inoportunos, con un Alicante que no se dejó ir, pero este partido en Pumarín se tenía que ganar y se ganó.

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