El Alimerka se empeña en sufrir: una pérdida absurda en la última jugada condena al equipo ante Castelló (80-81)

El equipo de Oviedo tenía el partido en el bolsillo en la última posesión, pero se equivoca y mete al Amics Castelló en la lucha por la salvación

Demetric Horton, con el balón, en el partido ante el Amics Castelló

Demetric Horton, con el balón, en el partido ante el Amics Castelló / Fernando Rodríguez

Antonio Lorca

Antonio Lorca

El Alimerka Oviedo Baloncesto está empeñado en sufrir todo lo que resta de temporada por una permanencia en la LEB Oro que se va a encarecer mucho precisamente por la victoria que le regaló en Pumarín al Amics Castelló. Demetric Horton, que fue sin duda el mejor jugador del OCB, fue también el que cometió el error más demoledor cuando el equipo asturiano lo tenía todo a su favor.

Quedaba poco más de una posesión, el equipo de Oviedo ganaba por uno (80-79) y tenía el balón. Se lo dieron a Horton, Castelló decidió no hacerle falta, por lo que el estadounidense tan solo tenía que botar, esperar y tirar. Si lo metía, el OCB ganaba y si fallaba, Castelló tenía que coger el rebote y en muy pocos segundos encontrar una posición de tiro. Nada de eso sucedió. Horton se lío botando, perdió el balón y la acción acabó de la peor manera posible, con los colegiados señalando falta a un segundo del final de Cosialls sobre Stutz, uno de los mejores jugadores del rival, que no perdonó y dio una victoria que mete a Castelló en la lucha por salvarse y complica mucho la vida al OCB, que ahora está a tres del descenso y con el basket-average perdido con Castelló.

Pero no solo fue esa acción de Horton. El final del partido del OCB volvió a ser malo, con errores absurdos, como la pérdida de Josep Pérez a 4.40 del final cuando el equipo de Oviedo iba cinco arriba (76-71), como las malas defensas que permitieron a Joan Faner, uno que sí sabe cómo jugar esos finales, mantener enganchado a su equipo hasta el final, como los rebotes ofensivos que permitieron y que evitaron que pudieran cerrar un partido que suponía más de media permanencia. La falta final, a un segundo, pudo ser o no (el árbitro le dijo a Javi Rodríguez que fue clara y Cosialls defiende que tocó el balón), pero desde luego el partido lo perdió el Oviedo con sus errores.

Fue el de Castelló un partido extraño, en el que el Oviedo no estuvo al nivel de intensidad de partidos anteriores, como si el jugar un domingo por la tarde, con algo de calor, le hubiera restado energía. Aun así, el encuentro se mantuvo equilibrado, con momentos de acierto de Mikel Sanz y de Stuckman para los locales, y con un Horton al que le costó empezar a anotar desde el triple pero que en todo momento estuvo sumando para el equipo, ya fueran canastas, asistencias o rebotes.

En el tercer cuarto tuvo el equipo local la primera oportunidad de romper el partido a su favor. Una canasta de Chapela dio nueve puntos de renta (61-52) al OCB cuando quedaban 1.32 para acabar el parcial. Pero de nuevo se permitió a Castelló reengancharse, ponerse a tres, que fueron seis (64-58) al final del parcial por un triple final de Horton. Todo el último cuarto estuvo Oviedo jugueteando con esas rentas, siempre con la iniciativa en el marcador pero sin la suficiente contundencia defensiva como para eliminar riesgos y quedarse con una victoria de un valor enorme.

Y se llegó al final apretado y en él se volvió a tropezar con la misma piedra con la que se ha tropezado ya en demasiadas ocasiones. Malas decisiones, errores inoportunos y una derrota ante la que queda el consuelo de saber que otra de las características de este equipo es que cuando cae siempre se levanta.

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