Son cuatro chicos y 190 chicas... Los asturianos que demuestran que la gimnasia rítmica también es cosa de ellos: "Todavía se piensa en el qué dirán"

Daniel Muiña, Juanjo Atienza, Gabri Vigil y Alén Martínez son los únicos en la región en competir en categoría masculina entre casi dos centenares de federados: "Muchos se siguen encontrando con el no de los padres"

En el centro, Alén Martínez, Juanjo Atienza, y Gabri Vigil, con otras compañeras.

En el centro, Alén Martínez, Juanjo Atienza, y Gabri Vigil, con otras compañeras. / Luisma Murias

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Asturias cuenta con en torno a 190 licencias federativas en gimnasia rítmica. Solo cuatro pertenecen a categoría masculina. Son Daniel Muiña Asla, Juanjo Atienza López, Gabri Vigil Rielo y Alén Martínez Valdepeña. Comparten su historia con LA NUEVA ESPAÑA para visibilizar un deporte que les apasiona y, especialmente, para animar a su práctica a niños y "sobre todo, a sus padres". "En España estamos viviendo una evolución en cuanto a número de practicantes que en nuestra región no se está reflejando. Es triste, pero el principal motivo parte de la educación familiar, por el qué dirán si mi hijo hace eso", sentencian sus entrenadoras cuando acaba de celebrarse, a nivel nacional, la "Semana de la rítmica masculina".

"Al principio no me daba cuenta, pero a medida que iba creciendo veía cómo la gente se reía de mí por practicar gimnasia rítmica. Aguantas comentarios, risas… Aprendes a no tener en cuenta la opinión de los demás. Por suerte tengo unos padres que me apoyaron mucho", explica Juanjo Atienza. Él, referencia ahora en un deporte en el que estará entre los favoritos en la Copa y el Nacional, donde aspira ya a dar el salto a la máxima categoría absoluta, dirige su mensaje especialmente a los progenitores de aquellos niños que siguen viendo raro que su hijo opte por esta actividad. "Hay muchos que quieren practicarlo y se siguen encontrando con el no de los padres, o con la respuesta de que está asociado a un género. Que no tengan miedo. Hay que vivir la vida que uno quiere, no la que quieren los demás", reivindica.

Alén Martínez realiza un ejercicio.

Alén Martínez realiza un ejercicio. / Luisma Murias

Juanjo Atienza López tiene 17 años. Nacido en Málaga, con 3 años se trasladó junto a su familia a Las Palmas, donde descubrió la gimnasia rítmica. "Mi hermana lo practicaba e iba todos los días a buscarla a los entrenamientos junto a mi madre. Un día decidí probar y…", explica. Se enganchó. Inició una trayectoria deportiva que le ha dado muchas alegrías y algún disgusto. Por el medio, un nuevo traslado, esta vez a Madrid, donde compitió con el Club San Fernando de Henares, antes de hacer parada en Gijón, con 11 años. Fue cuando tomó contacto con el Club Deportivo Stroke, donde se dio cuenta de que "en Asturias hay muchos menos practicantes incluso comparado con una sola isla como la de Las Palmas". En su actual equipo ha conseguido dos medallas de bronce en los últimos campeonatos de España. Los primeros triunfos importantes después de muchas horas de entrenamiento, mucho sacrificio y muchas burlas.

Daniel Muiña durante una puesta en escena.

Daniel Muiña durante una puesta en escena. / Luisma Murias

Daniel Muiña Asla, gijonés de 21 años, es el más veterano de todos, pero no el que más años lleva en la rítmica. "Empecé a los 16. Antes había hecho atletismo y baile, Funky, en concreto", detalla este auxiliar educador de profesión vinculado a la Escuela Rítmica Astur. "No hay que tener miedo a hacer un deporte por el qué dirán", adelanta, consciente de que a muchos de sus compañeros todavía les cuesta poner en práctica su afición. "Sé cómo está visto socialmente y sólo puedo decir que tenemos que vivir en un mundo en el que todos podamos hacer lo que queramos y haya deportes de chicas, ni tampoco de chicos", subraya.

Gabri Vigil, en un ejercicio con el aro.

Gabri Vigil, en un ejercicio con el aro. / Luisma Murias

Gabri Vigil Rielo tiene 10 años, es de Oviedo y en unas semanas disputará su tercer campeonato de España en las filas del Club Rítmica La Corredoria. Su toma de contacto fue tan casual como puramente vocacional. "Empecé a ver vídeos por Youtube, me gustaba lo que hacía, y pensé que quería ser tan bueno como él", resume sobre el impacto de aquellas primeras imágenes de Eneko Lambea, gran figura nacional. Su ídolo. Con cinco años le pidió a su madre, Meli, apuntarse a gimnasia. Ella reconoce que tuvo una gran duda: "¿Pueden participar niños en este deporte?". Anabel Corte Roces, la directora técnica, le abrió las puertas del Corredoria Arena de par en par. "Entreno unos cinco días por semana. Lo que mejor se me da es la pelota", cuenta el niño. Meli celebra que, "por el momento, no hemos tenido ningún problema, pero la realidad es que este deporte se sigue viendo con mucho machismo".

Juanjo Atienza realiza un estiramiento.

Juanjo Atienza realiza un estiramiento. / Luisma Murias

Alén Martínez Valdepeña, de 7 años, ha sido el último niño en Asturias en federarse en gimnasia rítmica. También fue el primero en hacerlo en Mieres, donde nació y reside. El suyo es otro caso de amor a primera vista. "Nadie en su entorno lo practicaba. Ni en la familia, ni en su grupo de amigos…Con 4 años, al empezar el cole en septiembre, le dije: ¿te apunto a natación? Y fue cuando me contestó que no, que quería gimnasia rítmica. En la vida lo había oído", detalla Laura, su madre. "Es que había visto vídeos en el móvil", explica Alén sobre una elección que le ha llevado a ser uno de los gimnastas más queridos en el Club Deportivo Rítmica de Mieres. "Es un crío con enorme carisma y muchas ganas de aprender", dice su entrenadora, Amanda Fidalgo García, quien coordina a algo más de 50 gimnastas. En abril, Alén disputará su primer campeonato de España, en Castellón. "Voy muy bien preparado, pero sería genial que fueran más niños", comparte.

"Hay que desmitificar algunas cosas de este deporte y dar pasos como se están dando en el fútbol con las niñas. Enriquece a la gimnasia rítmica", resume Lorena Cortina Alonso, responsable del más de medio centenar de alumnos del Club Deportivo Stroke. "He vivido casos como el de un niño que ha optado por dejarlo al no soportar que sus amigos en el colegio se burlaran de él al enterarse que hacía gimnasia rítmica", añade Ana Isabel Corte, directora técnica Club Rítmica La Corredoria, donde trabaja con casi un centenar de alumnos, y miembro de la Federación Asturiana. "Queda mucho por mejorar y por aprender", resume Juanjo Atienza.

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