Los motivos del descenso del Club Bádminton Oviedo tres doce años en la élite: "Estamos infrafinanciados"

Los ovetenses se despiden de la División de Honor: "Volveremos sí o sí"

Nicolás García y César González, en LA NUEVA ESPAÑA.

Nicolás García y César González, en LA NUEVA ESPAÑA. / Fernando Rodríguez

Doce años seguidos en División de Honor, trece de los últimos catorce. Dos ligas, otras tantas finales. La del Club Bádminton Oviedo es la historia de un David que se ha tirado más de una década ganando a Goliats todos los fines de semana. Hasta que el pasado domingo cayó en la eliminatoria por la permanencia contra el Intercity Alicante y perdió, al menos de momento, su lugar en una élite del bádminton español en la que era ya un fijo.

Los factores que explican la caída del CB Oviedo son variados. El primero y más relevante es la escasez de dinero, un condicionante, sin embargo, que el club supo manejar durante sus años de gloria. "Por presupuesto, estábamos en la posición en la que hemos terminado, entre los tres equipos de debajo de nuestro grupo", sentencia Nicolás García, presidente del club. "Estamos completamente infrafinanciados en comparación con la mayoría de equipos de División de Honor. No competimos en igualdad de condiciones", lamenta César González, director técnico del CB Oviedo. Ambos reclaman más apoyo por parte del Principado, y asumen que la subvención a recibir el próximo curso será aún más escasa por el descenso a Primera Oro.

Aunque "nadie" esperaba perder la categoría, lo cierto es que desde el club ya se asumía que venían tiempos complicados. "Nos tocaba abrir un periodo de transición –expone González–. Se fueron jubilando los grandes jugadores de la generación pasada, y los nuevos talentos aún están en desarrollo, son muy jóvenes, y nuestra situación económica no nos permite hacer grandes fichajes, así que sabíamos que íbamos a sufrir". Perder a Kristina Sotomayor, embarazada, a mitad de curso o haberse despedido de Laura Álvarez, Javi Suárez, Alberto Zapico o Pelayo Pinto supuso un "hándicap" ante el que no fueron capaces de sobreponerse.

"Tenemos que ser conscientes de las circunstancias. Sabemos que, en clubes humildes como nosotros, siempre hay épocas difíciles", asume García. Ahora que vienen vacas flacas, el CB Oviedo se aferra a su piedra filosofal: la cantera. "La idea es que el grueso de los jugadores sea de casa. Nuestra idea ha sido siempre que los chicos y chicas de Oviedo sean los protagonistas", asegura González, convencido de que, aplicando esta receta, el regreso a la élite será inmediato: "Vamos a volver el año que viene sí o sí. No tenemos dudas de que nuestros canteranos tienen el nivel suficiente para hacerlo".

Desde el club se resignan a la salida de jugadores de nivel en el primer equipo. "Gente con la que contábamos, o que teníamos medio fichada para el año que viene, no estará con nosotros. Y lo normal es que los equipos que se han quedado en División de Honor toquen a nuestros jugadores", asumen, subrayando, no obstante, que esa descapitalización no afectará a los jóvenes talentos de la base. "Les puede incluso venir bien foguearse en el primer equipo en una categoría que ya conocen -el filial del CB Oviedo compite este curso en Primera Oro-. Queremos subir con ellos y que así, cuando volvamos a División de Honor, estén ya completamente formados", proyecta González, que ve el vaso medio lleno: "Se trata de dar un paso hacia atrás para coger impulso".

Nueva división. En Primera Oro, en vez de en septiembre como en División de Honor, se empieza a jugar el próximo enero con un sistema de concentración en el que, en sede neutral, cada equipo juega tres encuentros en cuatro fines de semana, con el fin de abaratar costes.

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