El Sporting inició la semana con buenas noticias desde la enfermería. Gragera, Guille Rosas y Campuzano, los tres futbolistas que ocupaban la lista de bajas, se ejercitaron ayer con el grupo. Lo hicieron, en todo caso, de manera parcial, es decir, no completaron la sesión al mismo ritmo que el resto de sus compañeros. Todo apunta a que podrán estar a disposición de David Gallego para recibir al Oviedo. El conjunto rojiblanco contaría así con toda la plantilla disponible si no surge ningún imprevisto durante los próximos días.
La vuelta a Mareo después de la derrota ante el Tenerife devolvió jugadores al verde y sonrisas. Los jugadores mostraron caras muy diferentes a las vistas al final del encuetro del Heliodoro Ródriguez López, el mismo que consumó la segunda derrota consecutiva por primera vez. El que puso en peligro un colchón de puntos con el play-off que finalmente no ha salido damnificado. Los siete puntos de distancia con el séptimo puesto mantiene cierto margen para futuros tropiezos, sensación que se palpa en el ambiente rojiblanco.
Las únicas ausencias de la vuelta a los entrenamientos fueron tres de los futbolistas que tuvieron partido ayer, en Mareo. No estuvieron junto a sus compañeros Gaspar Campos, Pelayo Suárez y Pablo García, que hicieron trabajo regenerativo en el gimnasio tras participar en el encuentro del filial ante el Pontevedra, saldado con un empate que sigue complicando al Sporting B la opción de conseguir la permanencia en la segunda fase de la Segunda B. El equipo, que recupera a Babin tras cumplir sanción, vuelve a entrenarse esta mañana con la mirada puesta en el partido del sábado en El Molinón.
